martes, 29 de septiembre de 2009

¿No te suena de nada?




“Cuando llegué aquí con el autobús, todo el mundo rechazaba trabajar en este trabajo. Y la gente del pueblo se negaba a que sus hijos trabajasen, decían que ese trabajo era para los de fuera.
Pero llegó una fuerte crisis y al ver que sus hijos perdían sus empleos, los mismos que deleznaban de nuestros empleos, fueron a la empresa para pedir que los contrataran… claro… esto no pudo ser porque no había vacantes.
Así la gente, se mostraba molesta con nosotros porque teníamos un trabajo y nos echaban en cara que nosotros les habíamos quitado el trabajo. Habíamos venido de fuera, para quitarles el trabajo a los de aquí.”

Esta historia me la contó, el sábado, el padre de la chica con la que estoy, nacido en Málaga y minero de profesión en la zona de Teruel…

¿No te suena de nada? Tal vez, no debamos olvidarnos de nuestro propio pasado...

sábado, 26 de septiembre de 2009

olor a naftalina




¡Qué tolerante que somos todos! ¡Qué bonito es ponerse el traje de tolerante todas las mañanas y repetir delante del espejo, antes de salir disparado hacia la redacción de turno; “recuerda soy tolerante, soy tolerante, soy tolerante”…! Al final alguno casi se lo creerá y todo, pero si rascamos un poquito, vemos que entre las costuras asoma ese olor rancio naftalina y aceite de ricino.

Por eso, estos personajillos han aprovechado la coyuntura para rajar de dos crías que han aparecido en una foto vestidas, como les ha dado la gana. ¿Son góticas? ¿Dónde pone que sea un delito vestir así? Bueno, tal vez en su mente diseñada para ver el blanco y el negro de hace décadas, donde todos eran personas de buena familia y oraciones los domingos.
¿Dónde pone como deben ir vestidas unas crías? ¿Es más correcto vestir como unas pijas, o como barbies, rematadas con sutiles colores pasteles y grandes lazos rosas? ¿Por qué estas adolescentes no pueden demostrar lo que son y deberían jugar un papel que no es el suyo? Si sus padres han decidido que las chicas se comporten con naturalidad en todas las circunstancias, es muy loable.

Al final en todo esto sólo subyacen dos cuestiones, una aprovechar cualquier oportunidad para derramar todo nuestro odio, en forma de rabiosa bilis sin sentido contra nuestros “rivales” y el perenne, y muy lamentable, ejercicio de ridiculizar a todos aquellos que no son como “nosotros”…

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿cómo es posible que no haya alternativa?



¿Por qué creemos que no hay alternativa?
¿Por qué creemos que Europa y el mundo, sólo pueden ser liberales o “azul”?
¿Por qué sólo concebimos como izquierda el comunismo, y en consecuencia lo consideramos extinto desde la caída del muro de Berlín?
¿Por qué no somos capaces de ver que el actual estado del bienestar es herencia directa de las políticas socialdemócratas?

Me opongo a pensar que sólo nos quede ir a llorar por las esquinas. Los socialistas deberíamos ver que los tics y vicios que hemos asumido de las políticas liberales han hecho que poco a poco, nuestro mensaje se difumine, pierda credibilidad y se debilite ideológicamente.
En parte este viaje de la izquierda ha permitido que la derecha se apropie de gran parte del electorado y de los pilares de la lucha ideológica de la izquierda.

Mas es duro pensar que la izquierda está esperando su defunción. Me resigno a caer en este escenario, no por sentimentalismo, sino por convicciones, por ideas, por valores, por el compromiso con los iguales, con los compañeros, con los trabajadores.
No podemos olvidar cual es nuestro mensaje, quienes son los que han confiado una vez en nosotros y a que intereses respondemos. Debemos ser consciente que la izquierda no debe pasar a ser considerada una reliquia del pasado, un elemento decorativo en el parlamento, o una denominación vacía de contenido.
Nos debemos a un programa, una ilusión y una esperanza, por una sociedad más justa, más igualitaria, más comprometida, más solidaria…
No podemos pensar que la izquierda es prescindible, cuando suenan lúgubres ecos que nos piden que la cuerda se rompa por el extremo del trabajador y nuestros derechos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Que viva España!



Qué viva España!

Esa España mía, esa España nuestra; sectaria, casposa, amnésica, ruidosa, de vodevil, morbosa, inculta, chabacana, mafiosa, holgazana, amiga del enchufismo, corrupta, violenta, machista, mentecata, meapilas, inmóvil, resignada, apocada, dominada, irrelevante, zafia, sumisa, inquisitiva, cotilla, sorda, folclórica, hortera, taurina, cañí, de paella, pandereta y olé!