miércoles, 28 de septiembre de 2011

nunca seremos dóciles





Siempre he defendido la participación de los ciudadanos en la vida política, no por una cuestión romántica o idealista. Sino porque realmente pienso que es necesario que las acciones de los partidos sean el reflejo de la demanda de la sociedad que deben representar.

De esta manera, creo que es imprescindible que los ciudadanos seamos conscientes, y a la vez responsables, del poder y del deber con nosotros mismos que tenemos y seamos críticos con los dirigentes que elegimos. Así, esta actitud participativa podemos reflejarla, bien participando en plataformas sociales, bien militando en partidos políticos.
Ya que sólo siendo críticos, participativos, activos socialmente. Interesándonos por los problemas de la realidad que nos rodea. Proponiendo soluciones podremos conseguir que los políticos dejen de escucharnos cada cuatro años, para tenernos en consideración de manera permanente.

Pero, para ello tenemos que ser, como he dicho antes, críticos y no tener miedo a contradecir las opiniones de las clases dirigentes. No debemos perder la perspectiva de las necesidades que tenemos como sociedad y no debemos de ser dóciles, con el poder, cuando nos lleguen sus cantos de sirena.
No debemos plegarnos a sus ideas y acabar olvidando nuestras razones por sus presiones. No podemos ser cómplices de sus ineficacias, porque sólo así legitimaremos sus incapacidades y acaberemos siendo partícipes de sus actitudes sectarias.

Por ello, nunca debemos perder la perspectiva que nos llevó a querer participar en el progreso de nuestra sociedad, a pesar de los cantos de sirena o presiones que podamos sentir. Porque la sociedad en la que vivimos debe estar por encima de los intereses particulares de la clase política.

Publicado en bajoaragondigital.com 27/09/11

miércoles, 14 de septiembre de 2011

la ilusión por el miedo



Estos días hablaba con un amigo sobre la actualidad que de fondo nos martilleaba un telediario y mientras, las noticias nos salpicaban en su lúgubre color habitual. Nos dimos cuenta que últimamente en todas las tertulias y sobremesas se habla, casi exclusivamente, de la crisis.
Todos en la boca tenemos palabras, como tijeretazo, paro, prima de riesgo, planes de rescate, deuda, impagos, más paro, Merkel, FMI, Grecia y sus rescates, los recortes sociales que nos quieren hacer tragar, reformas constitucionales, del poder de los mercados, manifestaciones, aún más paro, el hundimiento de las bolsas, que si el Ibex, que si el Nikkei…

De esta manera, nos invadió una sensación de cansancio y de vivir en un eterno bucle… Para acabar preguntándonos con que temas llenábamos las horas de asueto y conversaciones banales de algunas sobremesas o mientras echabas la partida de cartas…
Aún, nos costó un rato recordar que solíamos ver que había vida más allá de la crisis, más allá del pesimismo, del miedo que nos quiere inocular.

En aquellos felices años teníamos motivos para estar alegres, optimistas, para soñar e ilusionarnos.Y estas son las sensaciones que ahora parece que nos han robado; las ganas de creer en el futuro que podemos construir. Hemos cambiado el arrojo, por el miedo. La ilusión por la suma cautela. Ya no creemos en que somos capaces. Sólo esperamos que pase la tormenta y velando para que los desperfectos no sean importantes.
En esos felices años, aún creíamos que podíamos inventar un camino nuevo, para salir adelante.

Hoy ya no, nos han hecho cambiar la ilusión por el miedo.

Publicado en bajoaragondigital.com 13/09/2011