miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Quiso alguna vez IU ser una realidad política?

Las oportunidades son para los listos, para aquellos que las ven, se adaptan y arriesgan. Y para Izquierda Unida esta crisis podía haber sido la tormenta perfecta; los grandes partidos están sumidos en decenas de casos de corrupción, se han mostrado inoperantes para sacarnos de la crisis y, a la vez, dóciles con el gran poder. Han vivido alejados de los ciudadanos y gobernando de espaldas a nuestras necesidades.

Mientras IU habría podido ir lanzando su mensaje de recuperación de derechos, garantías y libertades. Podía haber calado su perorata contra la corrupción y haber engranado esto con la renovación de líderes que había emprendido.

Digo podía, porque esto, al final, queda en nada. Los caciques de IU siguen más interesados en la "pureza de su linaje" y su propia endogamia política que en abrirse a la sociedad y ser un factor de cambio de la sociedad.

Siguen encerrados en sus viejos despachos entre desgastadas fotografías de viejos tótems, pero no saben la realidad que se respira en la calle.

Prefieren ser ellos y solo ellos. Y así desaparecer bajo la incapacidad de adaptarse a la realidad que les era propicia, por no saber adaptarse a los movimientos sociales, mezclarse con ellos y provocar ese cambio que llevan años predicando.

Mas llegado el momento en que podían haber reunido la fuerza social para provocarlo, han preferido esconderse en sus siglas y aislarse de la realidad. Todo por sus nombres, por sus cuotas, por sus sillones desgastados y raídos.

Ellos sabrán a que aspiran, si prefieren ser una izquierda minoritaria y prescindible dentro de la política española, o realmente alguna vez han querido ser esa izquierda transformadora y revitalizadora de los derechos, garantías y libertades que hemos perdido la sociedad española.

Pero ya es tarde, realmente para IU siempre es tarde. Viven una realidad paralela y no ven el tren que acaban de perder.