domingo, 29 de diciembre de 2019

Un tweet lo aguanta todo

Los 140, o ahora ya 280, caracteres de cada tweet son como ese viejo anuncio de pan de molde, que lo aguantaba todo.

Así es, la brevedad del tweet permite soportar cualquier teoría o tesis por descabellada que pueda ser. Porque al no poder ir más allá en la explicación de la misma, solo es necesario buscar una frase redonda para que suene importante, elaborada o elegante y publicarla con orgullo.

Poco importa que la frase sea vacua, falsa, estéril en su base o interesadamente inconexa en sus ideas. Lo particularmente relevante es que suene bien, provoque una sonrisa y lleve los hastags necesarios para seducir a los tuiteros objetivo.

De esta manera, ese eslogan se puede convertir, al ser repetido sin descanso, ni reflexión alguna, en un dogma de fe, digno de ser obra de referencia de la literatura de pensamiento crítico y político. Porque ahí radica la grandeza de esos lemas, en poder ser repetidos, sin descanso, tanto en esa red social, como en la vida diaria. Dan argumentos (por falaces que sean) que no necesitan ser analizados, debatidos, ni razonados. Puesto que son de rápido consumo y mordaces respuestas fácilmente reproducibles.

En consecuencia, los tweets son esa rebanada de pan que sostienen cualquier tesis por disparatada que pueda ser, si nos parásemos a analizarlo durante unos breves segundos.

martes, 3 de diciembre de 2019

La salud está ligada al código postal.

Los nuevos estudios sanitarios “se han centrado en la correlación entre el lugar donde vive la gente (es decir, el código postal) y su calidad y duración de vida. En varias ciudades de Estados Unidos, la esperanza de vida promedio en ciertas comunidades es de 20 a 30 años menor que la de las que se encuentran a sólo unos kilómetros de distancia. En general, las disparidades de salud se basan en una interacción de factores raciales, económicos, educativos y otros factores sociales.”



Así de contundente se mostraba uno de los centenares de estudios internacionales que hablan sobre la relación entre el código postal y los datos de salud de cada barrio.

Estos viene a indicar que el nivel de vida, educativo, económico y social de cada barrio determina el nivel de salud (y hasta la esperanza de vida) de cada barrio, con impactantes variaciones entre ellos.

Por tanto, es imprescindible acabar con las desigualdades sociales y económicas entre los barrios de una misma ciudad, para así mejorar de una forma global y completa la calidad de vida de todos los ciudadanos. Porque no solo hablamos de trabajo, acceso a la vivienda, proyectos de futuro, familia u ocio. Sino que todos los estudios que llevan casi una década saliendo nos muestran una clara relación entre desempleo y pobreza con una menor esperanza de vida.



En consecuencia estos estudios hablan, muy claramente, de la necesidad de realizar verdaderas políticas sociales y progresistas, para que no solo disminuyan las desigualdades sociales, se brinden mejores oportunidades laborales, si no que además los determinantes de salud mejoren, de forma indirecta, con los innegables beneficios que ello conlleva.



En este contexto, no podemos mirar hacia otro lado, debemos ser responsables y actuar en consecuencia. Porque cada acción (o inacción) política conlleva un posible sufrimiento, una vida penosa, o la imposibilidad de una segunda oportunidad laboral, social o educativa. Además de la dificultad de mejorar las condiciones de vida y el futuro de cada ciudadano que lo pueda necesitar. Siendo esto responsabilidad directa, sin ningún género de dudas, de todos los actores políticos que tienen responsabilidades, desde ayuntamientos, hasta el gobierno central.





viernes, 8 de noviembre de 2019

"¡Votad, malditos!...

… pero bien”, pensará a estas horas Pedro Sánchez.

Después del: “Con Rivera, no” que le corearon en Abril los militantes del PSOE y viendo frustradas sus opciones de pactar “con Rivera, sí”. Andará preocupado a estas alturas de la campaña viendo que sus sumas no salen… ¿o sí?

Porque damos por sentado que todo el nudo que nos ha conducido a estas nuevas elecciones ha sido el nulo interés, que siempre ha tenido, de pactar con la izquierda y el (mal)disimulado interés que tenía por pactar con la derecha naïf.

Pero puede que a él le importe muy poco con que derecha pactar, y esté buscando un sustituto a Ciudadanos ahora que se hunden y ese globo se desinfla. Pudiendo ser que el recambio, sea su otrora “gran rival”; los populares. Y ambos juntos por la causa se alíen para salvar al país de: una ley de vivienda que garantice el precio de la misma, de una reforma laboral que nos devuelva derechos, de una reforma de las pensiones que revalorice las pensiones con el IPC, de una fuerte inversión en educación y sanidad pública. De un sistema que garantice que se aplica de forma eficaz la Ley de Dependencia, de una reforma estructural que acabe con la pobreza infantil y que se regularice el precio de la luz, a la par que se acaba con las puertas giratorias.

Tal vez, de todo eso nos prevengan el PSOE y el PP, si la suma sale este próximo 10N. Evitando así que Unidas Podemos influyamos en el gobierno y queramos que se cumplan todos los artículos de la Constitución: los que hablan del derecho a la vivienda, de unos servicios públicos, de pensiones, de trabajo y no solo del 135 y el 155.

Intranquilo estará Pedro Sánchez, pero suerte que los votantes hemos entendido su mensaje y sabemos que es lo que nos jugamos en estas elecciones y a quien no debemos votar, por “nuestro” bien.

domingo, 27 de octubre de 2019

El turista de Instagram.

- "¿A dónde te quieres ir de vacaciones el año que viene?” Me preguntaba una amiga, entre plato y plato.

...

- "No, me refiero a viajes guays, lejos", me replicó ante mi lista de opciones, dado que no le gustaron.

Viajar no es una pose de Instagram, esa persona que solo busca la manida foto del atardecer en la playa, la pose casual en la piscina del resort o a los pies de la Torre Eiffel, es un turista. Se mueve por el mundo buscando estampas con las que rellenar su pasaporte virtual de Instagram, pero esas experiencias se quedan en la foto y decir que “se come mejor en España” y “qué pocas ganas tenía de volver”.

En cambio, el viajero no elige los destinos porque lo determinan las modas de las redes sociales o el último influencer. Se imbuye en ellos por lo que puede aprender, una cultura, una conversación fugaz con un desconocido, una larga sobremesa con un nativo o sostener a un bebe en un abarratodado bus local, mientras la familia del pequeño sonríe y agradece el
gesto. Viajar es querer descubrir mil vivencias, abrirte a conocer y aprender a entender como se ve el mundo en otra lengua.

Arriesgarte a sorprenderte y recibir curas de humildad y valiosas lecciones, todo eso es viajar y no resumirlo en una cuqui foto con tres hastags para tus “followers”.

miércoles, 23 de octubre de 2019

Parlem

Parlem. Sí, hablemos, pero no hablemos de banderas, lazos, cólera, furia e ira. No hablemos del 155, o tanques.

Parlem. Hablemos estas semanas de los 162 desahucios diarios que hay en España (en los que la violencia también está presente).

Hablemos de porqué España tiene una inversión más baja que Noruega, Francia o Dinamarca en sanidad pública. Hablemos y debatamos de las enormes consecuencias que ello conlleva. Porque las listas de espera y la escasez de personal asociadas, no solo son un: “ya le llamaremos”. Es una lenta y angustiosa espera para resolver un problema de salud que provoca un dolor, una limitación, una frustración, una incapacidad… además de un potencial riesgo para la propia salud.

Parlem de los índices de pobreza de España. De porque la pobreza severa afecta al 6,9% de la población, la más alta registrada desde 2008. O que el 53,3% de las personas admite que tiene dificultades para llegar a fin de mes. Del 26,6% de la población española (12.338.187 personas) está en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Y que desde el año 2008, el número de personas en riesgo de pobreza se ha incrementado en unas 900.000 personas.

Hablemos de la reforma laboral, de cómo somos mano de obra barata, al servicio de un tejido empresarial que no conoce los límites. El cual, nos quiere más pobres y apuestan porque nos jubilemos a los 70 años.

Hablemos de porque aun existen los CIE´s, la Ley Mordaza y las cloacas del Estado orquestan el presente y el futuro del país.

Parlem de nuestra (impuesta) amnesia colectiva, porque aun existen cunetas y fascistas reciben honores y/o entierros magnánimos.

Hablemos de la defensa de la igualdad, del medio ambiente y de la cultura.

Parlem, hablemos sin fin y debatamos. Pero no nos perdamos en estos días de ruido y furia en ese artículo de la Constitución y debatamos de porque el resto de los artículos quedan en suspenso o son olvidados.

sábado, 19 de octubre de 2019

Pedro Sánchez y la chaquetilla de polipiel.


La hemeroteca nos trae retazos de un pasado y podemos recordar como la moda otoño/invierno de 1982 puso de moda la chaqueta de pana, como símbolo de una clase obrera que esperaba recuperar su orgullo y conciencia de clase en torno a un proyecto político y estético encarnado por el modelo Felipe González.

Con el paso de los años esa moda fue perdiendo lustre, la pana se afeó y le salieron descosidos, como la OTAN, la entrada a la Unión Europea con unas condiciones leoninas para España, la desindustrialización de muchas regiones, la corrupción, las privatización de empresas pública claves para la economía estatal y la fortaleza del Estado. Acabando muchas temporadas después, con dicho modelo sentado en un consejo de administración de una empresa. Ya no es solo la evidente traición a los principios que encarnaron esa moda del ´82, sino que además rehusó pactar con las formaciones de izquierda de su época y cerró innumerables pactos con partidos nacionalistas de derechas.

Y así, con este regusto de que la moda de los ´80, fue un mal que se debería evitar repetir. Entramos de pleno en la moda otoño/invierno de esta temporada, donde Pedro Sánchez se nos vestirá con chaquetilla de polipiel, para ganarse el favor de la clase obrera, y así hacernos olvidar que nunca quiso pactar con la izquierda. Querrá disimular los dictados (los mismos a los que respondió González) que le envían desde la derecha empresarial. Donde cualquier pacto es viable, siempre y cuando Unidas Podemos nunca esté en ellos.

Por eso, esta temporada se presenta como un intento de vuelta a la moda de los ´80 y sabemos como acabó. Así que ya sabemos que la chaquetilla de polipiel no es más que un complemento más de la derecha para disfrazar al PSOE de algo que hace años que ya no es, y en consecuencia pacte con Ciudadanos, nos aboque a la gran coalición o gobierne la derecha con total impunidad, como en la época de Rajoy y Aznar.

De esta manera, en nuestra mano está apoyar esa moda y comprarnos la chaquetilla o abocarla al olvido este Noviembre apostando por Unidas Podemos.

martes, 27 de agosto de 2019

Ya podemos irnos, yo ya he discutido


“Ya podemos irnos, yo ya he discutido”, respondió sonriente a su compañera, cuando esta le dijo que si se iban del bar ya. Así con una gran sonrisa y satisfecha de su minuto de gloria, recogió su bolso y se despidió de los presentes, llevándose con ella, el cansancio que me provocó sus peroratas, su demagogia y algún argumento reducido al absurdo.

Esta mañana he rememorado el debate y, muy pronto, me retiré de él. Era un terreno estéril y abonado a solo disparar argumentos, sin razonamiento y escasa interacción. Su fin era la necesidad de explicar(se) sus argumentos y, para ello no reparo ni en lo que se le decía, ni tuvo esa necesidad. “Vine a lucirme, y así lo he hecho”, tuvo que pensar. Y cuando se quedo a gusto, se fue.

Como se puede vislumbrar me gusta debatir, pero no debato para vencer a nadie y tampoco lo hago para llevar un conteo de victorias y derrotas, y así resarcirme la próxima vez. Sobre todo me gusta argumentar, contrastar y confrontar ideas, de las cuales al final pueden salir conclusiones nuevas, enseñanzas, nuevas visiones, etc. Pero no me gusta entrar en el mero intercambio de ideas preconcebidas y eslóganes para cuando estos se acaben, apure la cerveza y ufano me vaya a mi casa contento de mi mismo, por haber replicado frases manidas y espacios comunes, como una cacatúa. Porque estos debates solo se hacen para uno mismo, donde ella, en este caso, siente la necesidad de corroborar sus argumentos, para revalidar sus tesis y así sentir que está en lo cierto.

Por eso no tengo la necesidad de irme una vez que he soltado la perorata, y me gusta escuchar, entender y razonar con las otras personas. Términos que anoche desaparecieron, como mis ganas de debatir, hasta que dijo: “Ya podemos irnos, yo ya he discutido”.

sábado, 24 de agosto de 2019

¡Uf, que calor!


Después de pasar un mes de julio con olas de calor, largos días de insoportables 40 grados y noches de sofocante insomnio. Leemos que la temperatura media de Aragón subió 2 grados este mes pasado, que ha sido uno de los más calurosos de la historia y que además este calor asfixiante está ligado con un aumento de las Urgencias médicas, como destaca un informe del Gobierno de Aragón.

Todo esto sumado, con la escasez de lluvias, las imágenes de los polos retrocediendo y de osos vagando por Siberia buscando alimentos, nos hace entender que el clima está cambiando.

Ya no es una cosa de cuatro locos catastrofistas o agoreros. Es una realidad que los jóvenes hemos gritado esta primavera pasada y que es imprescindible que toda la sociedad civil se suma y exija a las instituciones y gobiernos, del color político que sea que actúen de forma decidida para detener esta catástrofe que hemos provocado y puede acabar con nuestro planeta y con nuestra forma de vida.

De esta manera, el mes que viene tenemos una cita histórica (y única) para demostrar a los gobiernos que nuestra conciencia e implicación por proteger el planeta y preservar su futuro es ineludible. Quedando, en consecuencia, los gobiernos obligados por nuestra posición de fuerza a ejecutar todas las medidas que tengan a su alcance para detener el cambio climático y así poder preservar el ecosistema y no acabar con temperaturas extremas, fuertes sequías y lluvias torrenciales que cambien nuestro ecosistema y forma de vida para siempre.

martes, 16 de julio de 2019

¿El calor me está haciendo perder la cabeza?

Y de pronto, la Nada. ¿Pasamos una crisis? ¿Eran portada los desahucios? ¿Nos recortaban derechos sociales, cívicos, laborales? ¿Los servicios públicos eran esquilmados y vendidos a empresas privadas? O, ¿será el calor de este verano que me dificulta pensar y me reblandece la neurona?

Miro a mi alrededor y todo va “como siempre”; hablamos del calor, de las vacaciones, de Belén Esteban y algunos del Tour de Francia, que sin Indurain “ya no es lo mismo”.


Debo ser yo que estoy teniendo una alucinación, con este sofocante calor, y me vienen a la mente retazos del pasado, en forma de noticias que llenaban las noticias: protestas por desahucios, los bancos de alimentos, la cronificación de la pobreza en España, el aumento de la misma dentro de la población infantil, el paro y los trabajos mal pagados. Pero estas noticias se evaporaron sin dejar rastro. Y el guión sigue donde quedó en el 2008, sube el precio de los pisos y los españoles nos vamos de vacaciones.


Debo pedir cita con mi psiquiatra porque me estoy volviendo loco, la realidad me asalta y no encaja con esta década pasada. De pronto ya “no hay desahucios”, aunque lea que en el 2018 en Aragón se realizaron 4 al día, y en España 100 diarios. Ya no hay imágenes de familias yendo a los Bancos de Alimentos, aunque la pobreza se haya convertido en algo estructural entre un amplio porcentaje de las familias y los sueldos ya no te garanticen salir de ella. Debo estar errado, porque volvemos a atar “los perros con longanizas”, pero en Aragón cobramos el tercer salario más bajo de toda España y el sueldo de los trabajadores ha crecido estos años menos de un 0,2%, mientras el de los empresarios casi llega al 3%.


Ya no debe haber recortes en sanidad, educación, servicios sociales, dependencia …. porque ya no salimos en prensa (ni a la calle), aunque las listas de espera crezcan en Aragón y se deriven centenares de operaciones a la sanidad privadas, por valor de varios millones de Euros anualmente.


Ciertamente, este calor me está afectando. Suerte que al ver el aire acondicionado veo la factura de la luz pegada y recuerdo todo con nitidez: una crisis que arrasó varias generaciones de españoles, lanzándolos a la pobreza o al extranjero. Recuerdo miles de desahucios, colas en bancos de alimentos y recortes en derechos laborales y sociales.

¿Tú te acuerdas? Porque la lucha no ha acabado.

domingo, 14 de julio de 2019

Y la lavadora sin poner.


Esta fue la primera respuesta a un vídeo que publicó Irene Montero mostrando su apoyo a la víctima de La Manada, después de conocerse la sentencia de la pasada semana.

Podría hacer una larga diatriba sobre lo soez, cateta, inculta, infantil, incluso ignominiosa que es la respuesta de ese machista anónimo. Pero creo que él solo se retrata lo suficiente, porque con cinco palabras da cobijo a todos los machistas, que por activa o por pasiva ejercen ese vetusto rol. Y lo que es más grave, da hasta pábulo a esos cinco violadores con la estupidez de su respuesta, pero me centraré solo en dos matices al hilo de su respuesta;

1/ Representas la España carpetovetónica que tenemos que superar. Y a pesar de tí y tarugos como tú, el futuro será feminista; vamos a conseguir una sociedad igualitaria, donde “ella” no tenga que poner la lavadora, ni “tú” tengas que ayudar en casa bajando la basura o haciendo la paella del domingo.

2/ Lamento dedicarte esta columna, porque no mereces ni este triste minuto de gloria. Pero espero, si llegas a leer esta columna, que sepas que el futuro va a cambiar, ni tus gracietas de cuñado, ni tus poses machistas van a detener esta revolución. Tú eres el pasado y ya no tienes nada que parar, es triste ver tu rabia porque sabes que ya nadie cuenta contigo, es penoso observar tu frustración porque te ves anclado en un tiempo que ya no es este y sabes que “tu poder” ha desaparecido, pero en el siglo XXI el machismo ya no cabe, y tú tampoco.

Y ahora, ves y pon la lavadora.

domingo, 23 de junio de 2019

El PP y “donde dije digo, digo Diego.”

En el actual sistema democrático que tenemos en España, gobierna no (imperiosamente) la lista más votada, sino aquella o aquellas que suman más apoyos, dentro del Congreso, Ayuntamiento o corporación pública que sea.



Parto de esta premisa, porque con este sistema la derecha que antes se representaba en el PP, cuando perdía la mayoría absoluta solía clamar amargamente que las izquierdas hacían un “pacto de perdedores”, para gobernar. Y creaba una confusión, como si esa alianza de formaciones no fuese lícita.

Este ejemplo lo hemos visto en múltiples ocasiones en parlamentos autonómicos o ayuntamientos durante estas pasadas décadas. Luego la idea el PP la llevó a una hipérbole cuando Rajoy hace dos veranos quiso reformar la ley electoral, para que gobernase, en los ayuntamientos, siempre la lista más votada. Medida que le beneficiaba, porque en ese momento no existía la actual dispersión del voto de la derecha. Y además iba en el sentido de evitar esos “pactos de perdedores” o como se llamó hace un año, con la moción de censura, “gobiernos Frankenstein”.



Si el PP hubiera sido coherente con sus propios razonamientos, o cuando era incapaz de negociar unas mayorías que le permitieran gobernar, los resultados de este 26M no debería haberle permitido gobernar en casi ningún ayuntamiento, ni comunidad autónoma. Pero evidentemente, ha “entendido” al fin, que este sistema democrático se basa en sumar apoyos para gobernar.

De esta manera, después de 40 años de mentiras y falsedades interesadas, cuando la necesidad le ha obligado ha pactar, lo ha hecho.

Lo cual, al final me lleva a plantearme alguna duda: ¿tiene alguna credibilidad cambiar de criterio, según los intereses del momento? ¿Por qué ahora les valen los “pactos de perdedores” y antes no valían?



Como dice ese refrán: “Donde dije digo, digo Diego”

martes, 18 de junio de 2019

¿Estamos (Podemos) muertos?

A raíz de los resultados electorales, la caja de los truenos se ha abierto y se ha zarandeado el proyecto político de Podemos. Sin duda es complicado explicar como la fuerza morada ha caído de los resultados globales que tuvimos hace un mes, a los resultados de hace una semana.

Mucho se ha de reflexionar sobre los errores pasados, que sin duda los ha habido y algunos son fácilmente recordables; no podemos ir dividiendo fuerzas, ni hablando más de procesos internos o corrientes que de líneas políticas.

Pero nunca se ha de dudar de la influencia real de este proyecto, presionando al PSOE de Sánchez se hizo la mayor subida del SMI de la historia de España, se aseguró un subsidio de desempleo para mayores de 52 años, entre otras medidas sociales pactadas estos meses. Además de otras muchas medidas ejecutadas por los denominados Ayuntamientos del cambio, en lo local.

Si bien es cierto, que se ha de hacer un pausado ejercicio de autocritica sobre los errores cometidos en estos 5 años de andadura, medir las fuerzas reales y asegurar el paso próximo, en base a un ideario político pegado a la realidad social y saber qué políticas hemos de defender.

De esta manera, es muy aventurado decir que este proyecto progresista y transformador, está muerto y que no tiene espacio ni político, ni social. Tales afirmaciones son desmesuradas y solo responden a intereses dictados desde las eléctricas, los bancos o los fondos buitres. Esos que ven en peligro sus negocios privados, porque Podemos es la única fuerza que los ha denunciado y señalado públicamente.

Porque cuando Podemos ha sido determinante para hacer políticas de izquierdas, ha sido la única garantía para que se ejecutaran, dichas acciones. Porque sin Podemos el PSOE pierde su maquillaje y se derechiza, sin Podemos el IBEX 35 lo celebra, sin Podemos la derecha, en consecuencia, gana. Por eso, porque hemos respondido, nos toca reflexionar sobre los errores cometidos y volver a salir a la calle para, esta vez sí, tomar el cielo por asalto.

domingo, 2 de junio de 2019

El tamaño de la bandera

Entre una campaña y el inicio de la pasada campaña municipal, autonómica y europea he reflexionado sobre los mensaje que se han usado en las generales.

Hemos hablado de la Constitución, unos y otros, de volver al pasado, por el auge de la extrema derecha y de banderas. Y si me permitís voy a detenerme en este último argumento, porque me parece paradigmático que se use una combinación de colores para crear filias o fobias, o para señalar buenos y malos dentro de un mismo Estado.

No entiendo el argumento que me han arrojado estas semanas; “es que son los únicos que defienden a España”. No comprendo porqué envolver una medida política dentro de una bandera u otra pueda significar que compre ese producto. ¿Quién compra un objeto por el papel que lo envuelve?

No entiendo porqué una idea se puede justificar en base a una bandera, y no se justifique en base a un ideario político, basado en una ideología y fruto de un debate sosegado entre personas que pueden aportar propuestas para un partido u otro.

De esta manera, a mí me parece muy complicado apoyar un argumento político que propugna que perdamos derechos, libertades y oportunidades de mejorar todos dentro de la sociedad, porque se proclamen: “defensores de España” o coronen su muñeca con una cinta de cuero remachada con unos determinados colores.

No puedo apoyar a un partido que quiere recortar en sanidad, entre otros servicios, y a la postre echar a los funcionarios, para acabar con los servicios públicos, Estado del Bienestar incluido, porque cantan fuerte un himno.

No puedo apoyar a un partido que grita: “viva los míos”, cuando solo me ofrece medidas clasistas, xenófobas y segregadoras para la mitad de la población.

No puedo apoyar ninguna idea que tenga como base, excusa o argumento principal el color de una bandera y no una tesis política basada en un principio político.

El tamaño de la bandera, realmente, solo tapará la incapacidad de ese político para argumentar, razonar y debatir sobre las tesis que desconoce o no sabe esgrimir.

viernes, 24 de mayo de 2019

Hijo mío, no te signifiques.

Recuerdo cuando con 19 años llegué a casa y le dije a mi madre que me había afiliado a una organización política. Muy seria mi madre se giró y mientras se secaba las manos, me dijo: “Hijo mío, no te signifiques.”

Realmente fue una frase que no le volví a dar más vueltas, me pareció una reminiscencia de un pasado franquista que mi madre vivió y que aun resonaba en su mente, pero esta semana no me la he podido quitar de la cabeza.
Me ha asaltado más de una vez, y cada vez estoy más convencido que lo mejor que he hecho, ha sido significarme para defender una educación, una sanidad, unos servicios públicos de calidad y accesibles, en definitiva.
Por creer que podemos vivir todos juntos, sin importar nuestro origen, o condición, por creer en la solidaridad y en la fraternidad como herramientas que mueven a la sociedad. Por salir a las plazas para gritar: “No más recortes” o “No hay pan para tanto chorizo”.

Estoy convencido de mi pasado, de mis etapas, porque son las que me han hecho llegar a donde estoy ahora y a lo que soy ahora.
Pero la realidad es que estos días me he acordado de esta frase, porque sino me hubiese significado nunca habría podido ser parte del maravilloso equipo que integra la candidatura de Podemos Equo en Fraga, y todas las personas que lo rodean. Me habría perdido muchas cosas, puede que alguna noche hubiera dormido alguna hora más, pero pasar sueño, tener ojeras y bostezar a media mañana es un precio muy bajo por compartir tantas horas, ilusión, ganas por crear este proyecto de futuro y convivencia para Fraga. Porque es lo que realmente son nuestras propuestas para estos cuatro años, un proyecto que quiere que los fragatinos nos empoderemos y hagamos entre todos de Fraga una ciudad donde podamos vivir todos juntos.

Gracias compas, por estas semanas, meses de trabajo, debates, risas (alguna nerviosa cuando se nos hacía de madrugada debatiendo o redactando), buen rollo, entusiasmo, complicidad y armonía.

Y a ti mamá, no te podré agradecer nunca todo lo que hiciste por mí, pero tal vez el único consejo malo que me diste en toda tu vida, fue que no me significara. ¡Un beso allá donde estés¡

viernes, 26 de abril de 2019

El folio en blanco

Lo reconozco esta semana ando con cierto desasosiego. No encuentro el catalizador que me haga acertar con la idea, el tema, o la frase que me de alas para escribir la columna. No es por pereza, siempre me ha divertido y lo he hecho con gran placer. Además de un privilegio poder expresar mis ideas (o locuras algunas) en un medio de comunicación.

Pero esta semana ha sido diferente, tal vez yo he estado distraído, sin prestar atención a que se haya reabierto el debate de la eutanasia. Tal vez tampoco haya reparado que Pablo Iglesias con su retorno ha vuelto a marcar la agenda política, y como un tsunami ha levantado algunas alfombras y ha mostrado las vergüenzas de muchos poderosos y de las cloacas del Estado. Puede que no me haya fijado en la campaña de tono bajo del PSOE, para que todo pase sin que pase nada y pueda intentar recoger el máximo rédito a su larga campaña electoral, que inició cuando llegó a La Moncloa. O que su mayor anhelo es pactar con Ciudadanos, dejando muy claro que de socialdemócrata ya tiene muy poco el PSOE.

Tal vez ande despistado y no repare en las turbulentas aguas que bajan en algún PSOE local, o me de demasiada pereza escribir sobre ello. Cómo era eso: de aquellos polvos, estos lodos.

Puede que sea eso, puede que ande despistado y esté pensando en las vacaciones de Semana Santa, con su puente, sus torrijas aderezadas de torreznos y un moscatel para acabar.

Eso sí, prometo volver con un folio tan lleno de ideas, como mi tripa de torrijas a la vuelta de Semana Santa.

miércoles, 24 de abril de 2019

Este San Jorge es nuestra oportunidad

En estas horas previas a San Jorge (cuando estoy escribiendo esta columna) me viene a la mente muchas de las carencias y necesidades que presenta Aragón a día de hoy.

Tal vez la novedad sea doble esta vez, por una parte debemos elegir un gobierno en Madrid que entienda que Aragón no es un territorio ni invisible, ni moneda de cambio y por otra parte, hace unas semanas visibilizamos la lucha de la España Vaciada. El último grito de unas regiones que se ahogan en sus dificultades sin que en 40 años ningún gobierno central o autonómico haya respondido por sus necesidades. Ni el PSOE, ni el PP, ni los partidos bisagra regionales han luchado por evitar la despoblación, la carencia de infraestructuras y de servicios públicos básicos, así como la implementación de un plan económico para reflotar la economía y garantizar el desarrollo de estas comarcas.

Como decía, con estos ingredientes no puedo evitar pensar que ya son 15 años los que llevo trabajando en esta comunidad y he visto, cómo gobierno central tras gobierno central y cómo un gobierno regional tras otro han ninguneado y olvidado las grandes necesidades estructurales de esta comunidad.

Seguimos esperando que llegue el desdoblamiento a Alcañiz, que se liberen los infames peajes hacia Navarra y el de la A2 que salpican de sangre y accidentes las vías. Necesitamos que apuesten por vertebrar Aragón de forma decidida, sin eliminar transporte público rodado, sin obviar las carencias en comunicaciones que hay en muchas comarcas, sin olvidarse de que hay municipios en los que los servicios públicos no llegan o están a más de una hora. Queremos vivir en nuestros pueblos y tener un futuro. Queremos tener un futuro en base a una economía moderna y sostenible medioambientalmente.

No queremos vaciar nuestras localidades y volver solo para las fiestas patronales.

Yo elegí vivir en Aragón, elegí vivir donde vivo y quiero tener los servicios necesarios. No somos ciudadanos de segunda clase. No queremos migajas de unos presupuestos, ni un presidente autonómico que solo mire a Madrid, mientras libra sus batallas internas.

Sin duda, esta semana tenemos la oportunidad de elegir una nueva forma de gobernar, que responda ante los aragoneses.

Es el momento de pensar que los gobiernos anteriores no nos sirvieron, pero que tampoco queremos abrir la puerta a nuevos trasvases del Ebro, como anuncia la derecha liberal y ultraderecha.

Es el momento de votar el cambio que presente a Aragón como una tierra innovadora, orgullosa de sí misma y progresista.

Por eso, no me resigno a que mi voto no cuente. Quiero que mi voto signifique el cambio. Ese cambio en el que se ponga a Aragón en el centro de las políticas, porque somos una tierra con enormes posibilidades y con ganas de demostrarlo.

Este domingo nos jugamos el futuro de Aragón.

sábado, 6 de abril de 2019

¿Vuestras esperanzas, nuestra fuerza?

Estaba estos días revisando los carteles y vídeos de las elecciones sindicales que tenemos en el Servicio Aragonés de Salud, este próximo jueves, y hubo varios vídeos de diferentes sindicatos que transmitían el mismo mensaje; hay un vosotros (los trabajadores) y un nosotros (el sindicato en cuestión).

Este mensaje, parte de una premisa falsa; no debería haber dicha distinción, porque los sindicatos no son un ente externo al SALUD, en este caso, si no que emanan de los trabajadores y los delegados que salgan, son trabajadores, a su vez.

Además al establecer una diferenciación entre un nosotros y un vosotros, de forma más o menos tácita, denota una escasa implicación en los problemas del SALUD, y nos dicen que los sindicatos no comparten esa problemática que dicen defender. Solo usan las elecciones para nutrir sus intereses, y negociar, esos cuatros años, con las carencias profesionales y estructurales del SALUD hasta las próximas elecciones.

Defiendo esta tesis porque votar no es una delegación de mis deseos, necesidades o iniciativas. Si no una corresponsabilidad y compromiso por ambas partes en que defendemos un proyecto común, y todos vamos a luchar (en la medida de las posibilidades y capacidades) y colaborar para llevarlo a cabo.

Este no es un caso ajeno a nuestra realidad social. Durante esta primavera, vamos a tener varias citas electorales y entre los posibles usos del lenguaje que usen para engatusarnos con cantos de sirena, este será uno de ellos.

En consecuencia, la solución a una necesidad o problema solo vendrá, por quien se implique en conocer y elaborar de forma conjunta, junto con los implicados y sin distinguir entre un "nosotros" y un "vosotros".

miércoles, 27 de marzo de 2019

La enseñanza del 8M

A estas horas de este 8 de Marzo, cuando son las 23:50 y repaso un día que debería marcar otro paso más en la lucha para obtener la igualdad entre hombres y mujeres, en definitiva, un paso más para conseguir una sociedad más justa. Me quedo con diferentes escenas; el entusiasmo de muchas adolescentes que se sabían protagonistas de una gran manifestación (seguramente su primera manifestación), los cánticos que cohesionaban la amalgama de personas que hemos salido a la calle hoy para protestar contra la injusticia: mayores, jóvenes, familias con hijos y padres primerizos. Grupos de mujeres y amigas jubiladas.


En esta heterogeneidad nos hemos sentido todos cómodos y respaldados unos por los otros y no nos hemos cuestionado que la compañera de cánticos fuese asiática ,argelina o de Torrero. Puesto que lo importante era el objetivo de la lucha y la fuerza que transmitíamos como colectivo. Y en esta base precisamente, es donde hemos sido fuertes y nos hemos sentido fuertes; siendo un grupo, luchando como tal y defendiendo estos principios, desde esa perspectiva.


Ahí es donde reside la fuerza de la clase obrera, sabiendo que somos un colectivo diverso, pero con unos mismos objetivos, y aunque, nuestros modos puedan ser diferentes, en el fondo, deseamos y luchamos por lo mismo: queremos una sociedad más justa, más libre y con más futuro.

Esta debe ser nuestra grandeza y no debemos olvidarla, porque solo así conseguiremos la victoria en las batallas diarias, y en la lucha final (como dicen las viejas tonadillas).


Porque estando unidos, seremos fuertes, seremos más y no caeremos en la incertidumbre.

Porque estando unidos podemos conseguir una sociedad que responda a las necesidades de los trabajadores, más justa y con menos desigualdades sociales.

martes, 12 de febrero de 2019

La sanidad cuesta dinero

Dice la Ley General de Sanidad que sus objetivos son la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades, asegurar una asistencia sanitaria en igualdad de condiciones, superar los desequilibrios territoriales y sociales, entre otros.



Luego leo la noticia que en esta última década se han despedido en España cerca de 10000 profesionales, en la sanidad pública, o que se han eliminado más de 5000 camas.

Y ahí, me entra la duda de que los gobiernos conozcan lo que dice la ley.

Porque claramente ambos preceptos son incompatibles entre sí, cuando además casi un 5% de la población ha dejado de comprar sus medicamentos por motivos económicos, en el 2017. O el gasto en farmacia ha aumentado.



¿Por qué aumenta el gasto en farmacia? ¿Influye que las listas de esperas se alarguen y el acceso a los especialistas sea más dificultoso?

¿Por qué un 5% de la población no puede comprar sus medicamentos? ¿Tiene algo que ver el copago que estableció Rajoy?

¿Por qué hay menos personal en la sanidad pública? ¿Puede menos personal, prestar el mismo servicio que antes de los despidos masivos? ¿Influye que haya más listas de esperas? ¿Repercute en que haya más gasto farmacéutico? ¿Es casual el copago farmacéutico, a la postre?


Con estos interrogantes, intuyo que la ley queda en papel mojado y muchas administraciones, de forma sistemática, han reducido sus plantillas de profesionales. De esta manera, ha recaído sobre los pacientes las consecuencias de estos recortes, en forma de un mayor coste en medicamentos, más listas de esperas...


Por otro lado, quien alega que la sanidad es un servicio deficitario, porque cuesta dinero a la Administración Pública, parte de una premisa perniciosamente interesada. Ya que obvia que la sanidad debe ser una inversión en calidad de vida, con lo que conllevaría, a su vez, menos gasto en farmacología, menos necesidad de pruebas diagnósticas, un menor número de bajas ...


Con todos estos planteamientos, podemos observar que la sanidad, no solo cuesta dinero (a los usuarios), sino que además les cuesta su estado de salud a los propios pacientes.


Por cierto, un último apunte; si la sanidad cuesta dinero y es deficitaria, ¿por qué las empresas privadas tienen tanto interés en que se privatice la sanidad pública?

viernes, 18 de enero de 2019

Homeopatía y otras hierbas (I)

En estas pasadas fechas el gobierno central ha intentado acotar el uso de las terapias seudocientíficas en la sanidad pública. Si bien se ha centrado el tema en la homeopatía, no es la única sobre la que versaba la iniciativa.


Es un debate muy amplio, y hoy quiero solo explicar algunos puntos. Para fijar el debate y no caer en espacio comunes y tópicos. Huyendo, en consecuencia, de falsedades y mentiras interesadas.


Tal vez lo más importante sería diferenciar los principios activos de las plantas, de las seudociencias. Históricamente se ha usado los principios activos de las plantas, para paliar o curar diversas afecciones o determinados síntomas. Este principio sigue vigente a día de hoy, una infusión o unas vaporizaciones de eucalipto, son una buena terapia coadyudante.

El caso contrario, es caer en las diatribas de charlatán de mercadillo, al usar otras técnicas que sin ningún rigor o base lógica y científica, se promocionan como efectivas para sanar enfermedades. Tales como: sanaciones de aura, iridología, cromoterapia, flores de Bach o la más reputada, la homeopatía, entre otras. Ya que todas estas técnicas carecen de base científica alguna para poder demostrar que son, rigurosamente, fiables y eficaces para tratar enfermedades o síntomas.

Ahora bien, de forma muy evidente se aprovechan de las carencias que presenta la evidencia científica, a la hora de tratar determinadas patologías (sobre todo crónicas), para ofertar; productos milagro o terapias que palian síntomas, como tos, dolor, mocos...

Los profesionales sanitarios y la investigación, debemos reconocer que el manejo de determinadas patologías y síntomas, no siempre tenemos las mejores respuestas, actualmente, para dar la respuesta definitiva que espera el usuario. Pero, esto no es motivo para que permitamos o fomentemos el uso de esas terapias que no tienen beneficio alguno sobre el estado de salud del paciente. Sino que debe ser un acicate para ahondar en la búsqueda de esa solución que no se tiene, en este momento.


Otra de las críticas que se vierten, es la "perversidad" de la industria farmacéutica (la hemeroteca coloca a cada empresa en su lugar), pero esto no desliga que lo "alternativo" no sea otra industria que genera importantes beneficios. Pero, en lo sustancial, estar a favor de la ciencia y de la investigación científica, significa, a la vez, que debemos ser críticos, tanto con las prácticas, como con los productos que presentan las farmaceúticas.


Sin duda, es una tema apasionante que da para muchas horas de debate. Creo que desde la sanidad estamos obligados a abordarlo, desde la serenidad y los datos objetivos. Por eso, seguiré desgranándolo, columna a columna en venideras fechas.