jueves, 14 de enero de 2016

El rapto del PSOE

Unos días antes de las elecciones del 20D advertía a mis amigos y a algún familiar de la presión mediática que iba a tener el PSOE en caso de que el experimento de Ciudadanos no diese su fruto, y no sumase la mayoría absoluta con su marca original, el PP.

De esta manera, hemos podido ver como desde el día siguiente todos los titulares de la prensa de derechas, los agradecidos columnistas de sus medios, e incluso líderes de estos partidos conservadores han ido postulándose a favor de que el PSOE “por sentido de Estado” se integre en la Gran Coalición (como han pasado a denominar al pacto entre PPSOE y su marca blanca).


Con esta rutina de titulares, salpicados de las noticias navideñas hemos pasado los ágapes de Fin de Año y sus resacas. Pero estos últimos días Cataluña también ha conspirado para secuestrar al PSOE en los brazos de la derecha y alejar las opciones de un gobierno de izquierdas en Moncloa.

Ya que con la asunción del pacto entre Junts pel SI y la CUP, Cataluña parece que se encamina a hacia un proceso real de independización de España y con ello, desde Moncloa se ha reclamado a los “grandes partidos un gobierno fuerte y con sentido de Estado”. Eufemismo para aumentar la presión sobre el PSOE para que acepte un gobierno del PP (que no tiene que estar encabezado por Rajoy precisamente), Todo esto sumado a que para que se fraguase en Madrid un gobierno de izquierdas debía estar apoyado (por activa o por pasiva) ERC. Y este apoyo saldría muy caro al propio PSOE. Siendo fácilmente deducible que ERC pediría hacer un referéndum en Cataluña como moneda de cambio para apoyar un gobierno de izquierdas en España.

Sumando, a todo esto, que el PP no ha presentado candidato a Presidente del Congreso y este cargo ha caído en un insigne diputado socialista.

Todo ello son muchos factores, muchas casualidades, muchas consecuencias que me inducen a pensar que el PSOE está secuestrado y ya no es de los votantes, sino del PP, Ciudadanos y del IBEX-35. Como dije hace unas semanas, ha entregado su ideología, pero en vez de disolverse, se va a arrastrar entre el fango y la ignominia hasta que todos sus votantes huyan hacia su izquierda.