viernes, 25 de noviembre de 2011

la violan, la condenan y callamos




Cuando el miércoles leía en la prensa que un tribunal afgano había condenado a 12 años de prisión a una mujer por ser violada, me vino a la mente que algo muy grave está fallando en el mundo.

Algo estamos haciendo rematadamente mal, como para permitir que en “el mundo civilizado” aún se cometan semejantes tropelías contra los derechos más elementales de las personas, en este caso de las mujeres.

Así, ¿alguien me puede explicar que estamos haciendo en Afganistán? ¿Cómo es posible que los “buenos” fuésemos a democratizar un país y permitamos que su justicia emita semejante aberración, contra la dignidad de las mujeres?

¿Seremos capaces de callar, de manera cómplice, contra este ultraje? ¿Ningún gobierno piensa denunciar este caso y obligar al gobierno afgano a retirar la condena y a reformar sus leyes para que las mujeres tengan el mismo derecho que los hombres?

Es repugnante que a día de hoy, tengamos que convivir con la violencia machista, con los abusos de poder y con que las mujeres, de forma sistemática, cobren menos que los hombres. Y más aún me enerva tener que leer noticias tan lamentables como esta…

¿Hasta cuándo se va a permitir que se sigan vulnerando los derechos humanos en el mundo?¿No debería la ONU actuar con más eficacia, en casos como éste? Y sino actúa, ¿para qué sirve?

Por cierto, irónicamente, hoy 25 de noviembre es el día internacional contra la violencia de género. Seguro que oiremos grandes declaraciones en pos de acabar con esta lacra… pero mientras una joven afgana varios días antes fue condenada, por ser violada y nadie dijo nada…

Publicado en bajoaragondigital.com 25/11/11

domingo, 20 de noviembre de 2011

mi voto

Llevo 10 años votando y nunca nadie me ha preguntado cual era mi voto. En cambio, esta semana muchísimas personas me han preguntado a quien he votado.

No tengo ningún pudor en explicar mi voto, aquí está. Como ya prometí hace unos meses en este blog , he mantenido el voto que expuse.





Creo que tenía que denunciar lo que reflejaba en esa entrada y la inutilidad del Senado.

jueves, 17 de noviembre de 2011

cuando sólo nos queda nuestra dignidad ...




No hace mucho hablaba en el blog del virus del miedo que nos han inoculado esos entes sin nombre, ni cara que son los mercados.
De esta manera sintiendo el miedo en las entrañas. Nos hace ser más sumisos a sus imposiciones. A sus caprichos, a sus antojos y despotismo.

Pero está llegando el momento de reaccionar. No podemos permitir que los que están hundiendo el barco, sean los mismos que se lucran del negocio. Mientras los que vamos remando contra marea y estamos tapando las vías de agua, seamos los que paguemos el coste del hundimiento.
No podemos permanecer impasibles ante las tropelías que están perpetrando. No podemos permitir que pongan y depongan gobiernos. No podemos celebrar que birlen el derecho a voto al pueblo griego.
No podemos permitir que impongan gobiernos que nadie ha votado. Gobiernos de tecnócratas, ¿pero estos tecnócratas no tienen ideología? ¿A quién representan? ¿A quién rinden cuentas? ¿Rinden cuentas a los votantes? ¿A los parlamentos? O ¿a los mercados? …

De esta manera, tenemos que dar un contundente golpe en la mesa. ¿Qué nos queda por perder? Sólo la dignidad, tal vez.
Entonces tenemos que aclamar que no vamos a permitir que el poder económico sea el que marque la agenda de los gobiernos y nuestras necesidades. El poder político tiene que responder ante nosotros, y los mercados ante los políticos. No podemos tolerar que esta pirámide se invierta. No pueden gobernar nuestros sueños, ni nuestras vidas.

De ésta saldremos, pero como… depende de nosotros. Depende de si somos sumisos con ellos, o nos rebelamos contra ellos.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿podremos pagarlo?




Sin duda la profesión que desempeñamos te marca, y protagoniza muchas de las conversaciones que tienes fuera del trabajo.

De esta manera, la que viví el otro día me plasmó de forma muy clara cómo es el estado de la sanidad en un país donde no existe sanidad pública, y la sanidad privada está ligada a tu puesto de trabajo.

Hace unos días me sonó el teléfono y recibí una llamada urgente de una persona muy cercana a mí que vive desde hace un año en el extranjero, para hacerme unas preguntas sobre una enfermedad que le habían detectado a su hijo pequeño.

Hasta aquí la conversación es más o menos típica, aconsejas, asesoras y tranquilizas. Pero la sorpresa vino cuando me explicó que el seguro que tienen por la profesión que desempeñan a penas cubre 1000 de los 2.500€ que cuesta, sólo, la cirugía que le tienen que hacer a su hijo. Por tanto, deben abonar ellos el resto del coste sanitario o no podrán realizar la intervención que su hijo necesita.

Este sencillo ejemplo escenifica que supone un modelo donde la sanidad privada coloniza y ocupa el espacio que debería tener la sanidad pública. En este caso el montante que tienen que pagar no es tan elevado como para no poder asumirlo, así me lo explicaron. Pero, estamos hablando de una operación que no requiere que el paciente esté ingresado, una o más noches. Esto, evidentemente, elevaría el coste que deberían pagar.

Y yendo más allá, ¿podrían pagar otro procedimiento más caro, como una operación cardiovascular o un tratamiento de quimioterapia?

Es decir, queremos tener una sanidad pública y universal, al alcance de todos o una sanidad ligada a nuestro poder económico.


Detrás de esta reflexión está el futuro de la sanidad y el de nuestro voto el 20-N.

Publicado en bajoaragondigital.com 14/11/2011

martes, 8 de noviembre de 2011

mucho ruido y pocas nueces... puede que como siempre




A pesar que me prometí a mí mismo no ver el debate de anoche, cuando me quise dar cuenta tenía la televisión encendida y estaba replicando yo también a los dos debatientes. Ya demasiado tarde, para evitar verlo terminar.

Aunque vaya a dedicar esta entrada al debate de anoche, no entraré en consideraciones sobre quien ganó. Porque considero que el prisma ideológico de cada uno nos hará que lo veamos de diferente manera. Además no creo que en un debate uno de los ponentes tenga que acabar besando la lona, o pidiendo clemencia cuando le pisas el cuello con tu bota. Al revés, pienso que los debates deben ser un libre intercambio de ideas. En el que ambos exponen, sin pudor alguno, los argumentos que puedan avalar sus tesis.
No ansío a que estos debates deban ser como los combates de boxeo. Creo que deben ser considerados, más bien, a modo informativo y para contrastar ideas, argumentos, tipos de políticas y futuras medidas legislativas.

Esto es lo que, tal vez vanamente, pienso que debería ser un debate. Porque lo que vimos ayer fue la enésima demostración de un diálogo de sordos. En el cual, pocas conclusiones pudimos extraer.
Fue un formato artificial, donde no cabía ni que se interpelaran, ni que el moderador incidiese en las cuestiones que escurrían los debatientes.
Fue un mal show televisivo que nos burló la oportunidad de saber que posiciones defenderá el que gobierne, sobre las centrales nucleares, sobre el uso de las energías renovables. O sobre las medidas que quieren emprender para hacer factible la conciliación familiar.
Nos quedamos sin saber que opinan sobre la extensa lacra de la corrupción que se infiltra en todos los rincones de España. ¿Qué piensan hacer? ¿Cómo quieren combatirla?
Tampoco sabemos si quieren atender las propuestas que de manera pacífica se están articulando desde la sociedad, como las listas abiertas, una democracia más participativa, más social.
Y no creo que sea digno de reseñar los escasos segundos que dedicaron a política exterior; ¿Qué opinan del futuro de la Unión Europea y del Euro? ¿Qué opinión les merece la situación de Libia? ¿Cómo valoran la problemática de los pescadores con los piratas somalíes?
Y por supuesto, muy lamentable que no nos explicaran que pasos están dispuestos a dar, en pos de la disolución definitiva de ETA.

Así, al final, mucho ruido y pocas nueces… Puede que como siempre.