martes, 22 de junio de 2010

la salida a la crisis...




Debimos pensar que “la refundación del capitalismo” era enarbolar alguna vieja bandera y dar voz a todos. Expandir la riqueza de forma global, ahondar en la construcción de unos estados fuertes, independientes de los grandes intereses internacionales, ajenos a los caprichos y designios de los grandes entes mundiales.
Debimos pensar que esta refundación nos iba a favorecer. Pero esta utopia que plasmaron los representantes de los países en sus diferentes cumbres, para acabar con la crisis, acabó en la constatación de que nada, o casi nada ha cambiado.
Tal vez, seamos más escépticos hacia sus declaraciones, nos creamos menos lo que dicen y temamos más lo que no explican y sobre todo tengamos la certeza que “esa refundación” está en manos de los grandes organismos internacionales que representan todos los vicios, los defectos, la cara más oscura del capitalismo; el FMI, la OCDE, el BCE…

Después de ese baño de utopía, donde pensamos que podríamos hacer un mundo más justo, más responsable. Hemos descubierto que estos organismos sólo buscaban que el capitalismo salga de esta crisis más reforzado. Con mayores competencias, con mejores perspectivas para ellos y un mayor dominio de la situación económica y política de los países. No en vano, sólo aplauden medidas que favorecen sus intereses, sus competencias, su desarrollo, su posición de dominio mundial.
Tales como que las fronteras sean de papel para el capital. Buscar que los estados sean cada vez más débiles, con menor peso tanto interno (representado por una privatización de servicios públicos), como externo, para así dar mayor relevancia a los grandes actores que representan su función; los bancos que gestionan sus directrices. Fomentando que la crisis no la paguen los que cometieron los excesos, sino quienes la padecemos. Auspiciando para que las grandes fortunas salgan indemnes en su aportación para solucionar la crisis.

De esta manera viendo las últimas reformas de Zapatero, no nos debería extrañar que España vaya a tener buenas previsiones de la OCDE (ahora ya sí) y salga "pronto" de la crisis…

domingo, 20 de junio de 2010

gracias por todo,Saramago



"El menor de los males de nuestra civilización es la indiferencia y el mayor la violencia y ahora nos movemos inevitablemente entre ambos polos negativos"

"Conocí gente del pueblo engañada por una Iglesia tan cómplice como beneficiaria del poder del Estado y de los terratenientes latifundistas, gente permanentemente vigilada por la policía, gente que durante innumerables veces fue víctima inocente de las arbitrariedades de una justicia falsa"

"Espero morir como he vivido, respetándome a mí mismo como condición para respetar a los demás y sin perder la idea de que el mundo debe ser otro y no esta cosa infame"

Hasta otra!

martes, 8 de junio de 2010

me duele



Me duele ver en que se ha convertido la socialdemocracia. Me duele recordar los ideales de Olof Palme y volviendo la vista al frente, cotejarlos con la realidad que han querido que tengamos.
Me duele que seamos esclavos de una cárcel de falso oro. Me duele que hayamos perdido los valores de la vieja Europa y nos aboquemos a perder derechos y conquistas sociales, por ser más competitivos, más serviles a los grandes poderes económicos.

No voy a ser iluso. No voy a preconizar una revolución, no voy a llamar a las barricadas, ni me golpearé el pecho en un descarnado alegato final. Solo quiero constatar mi decepción, por ver que los gobiernos nacionales, al final, aparentan ser marionetas en manos de los grandes poderes.
No negaré la importancia de muchas medidas que ha ejecutado el gobierno de Zapatero. Sí que cuestionaré sus últimas medidas económicas. Aquellas que me hacen muy difícil encuadrarlas, dentro de un gobierno socialdemócrata.

Tampoco voy a negar que el mundo en los últimos 30 años ha cambiado mucho y los discursos de esa época nos pueden parecer románticos, ilusos. Pero, no podemos olvidar que en plena Guerra Fría, Olof Palme dio un paso al frente y fue lo suficientemente valiente, como no atenerse a ningún condicionamiento ajeno a su ideología y denuncio las tropelías de la URSS y de USA.

Dónde queda ahora la lucha por el estado del bienestar, los derechos sociales, la implicación de la sociedad en la construcción de la sociedad, la lucha para que la economía estuviera para beneficiar a toda la sociedad y “permitir el desarrollo de la economía de mercado hasta donde sea posible y aplicar la planificación estatal, donde sea necesaria”, como defendía el socialdemócrata alemán Willy Brandt.