viernes, 29 de mayo de 2009

una derecha



Yo estoy seguro que en España existe una derecha moderna, independiente de su pasado, con más aspiraciones que contraponerse a todo lo que pueda emanar desde la izquierda o socialdemocracia. Estoy seguro que dentro de esa derecha hay políticos válidos, para afrontar una reforma dentro su espectro ideológico para poder encarnar una opción ideológica cercana a las corrientes conservadoras o liberales europeas… Pero viendo las noticias que nos dan los titulares de la prensa de hoy pienso que esa derecha o no existe o la tienen amordazada en el sótano, para que no de señales de vida.

No podemos esperar de una derecha tan cañí, como la que representa a tantos españoles que aplauda las decisiones de un sindicato que añora a Franco, una maniobra revanchista, como la de pedir enjuiciar a Garzón. ¿Hoy la justicia sí que funciona? ¿Y estos meses atrás no? ¿Saben lo que significa una admisión a trámite? ¿ qué celebran? Que Franco sigue impune y protegido…
No podemos tener una derecha que se niega a todo progreso, que no quiere que las mujeres puedan elegir sobre su propio cuerpo, que se escuda en la iglesia para no decir lo que no se atreven… No podemos permitir que la iglesia banalice sobre las violaciones hasta compararlas con un aborto y que la derecha calle y mire hacia otro lado…
La derecha que nos merecemos, una derecha europea no puede tener estas fuertes rémoras del pasado, no debe hacer política con el retrovisor puesto. Debe, por supuesto defender sus tesis, pero sin complejos del pasado, sin guardar sospechosos silencios o cómplices compañeros de cama.

Así no deben escandalizarse cuando con sorprendente facilidad, vemos las sombras del pasado pululando entre bambalinas.

martes, 26 de mayo de 2009

una lengua diferente.



Es cierto aquello que dicen que una mentira repetida mil veces se transforma en verdad. Ejemplos tenemos muchos pero el último me salpicó el otro día en el trabajo, cuando una compañera refiriéndose al catalán que se habla en zona oriental de Aragón nos dijo; “Nosotros hablamos una lengua diferente. No hablamos catalán. Hablamos chapurreao”.

Cuando llegué a esta zona a vivir me produjo cierta sorpresa oír este tipo de afirmaciones, porque me parecían más anecdóticas que válidas, por el poco rigor que emanan, por sí mismas. Pero con el paso del tiempo he podido comprobar que no es una rareza de esta zona sino que esta sensación ha calado en el ideario popular de muchas localidades catalanoparlantes de Aragón. Mas si se hace una búsqueda por internet, puedes encontrar desafortunadas y muy poco rigurosas explicaciones para alegar que el chapurreao no es un dialecto del catalán. A la vez, éstas se entrelazan con historias propias de conspiraciones que, en el mejor de los casos, servirían para una reedición de Expediente X.
Me produce mucha tristeza que desde la mala fe, se haya alimentado este odio hacia la verdad, queriendo exponer que el catalán y el chapurreao, poco tienen que ver. Usando argumentos tan poco válidos como que poseen palabras diferentes, que el chapurreao no tiene una gramática escrita… pero cuando cara a cara rebates este argumentario propio de Catón ves que no hay ni un solo argumento que pueda sostener sus dogmas de fe que expresan.

Con esta defensa del catalán que hago, no busco una anexión de esta zona a Cataluña (siendo este argumento de chirigota propia de los carnavales). Sino que sólo abogo por buscar, como ya he comentado alguna vez, un marco legal y lingüístico necesario y adecuado para el dialecto de la zona oriental de Aragón, para así evitar el proceso de perdida de ámbitos que está sufriendo. Ya que es trágico oir la gran cantidad de castellanismos que se usan en el día a día, en una conversación ordinaria, con el consiguiente empobrecimiento de su dialecto.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La ignorancia mata

Hace un tiempo vi una película, en la cual el malo de turno se dedicaba a matar los estudiantes de una afamada universidad, siguiendo un curioso patrón. Elegía a los peores y dejaba un críptico mensaje; “La ignorancia mata”.

Estos días atrás, esta sentencia me ha venido a la mente en varias ocasiones y casi siempre cuando voy a trabajar a una residencia de la zona. No porque decida eliminar a los residentes, sino porque debido a la crudeza de sus años jóvenes, de su infancia se vieron privados, de forma más o menos consciente y velada por sus mayores e instituciones de una verdadera educación.

Durante el día a día y en un sin fin de conversaciones con ellos, he podido comprobar que sufren los peores defectos que han heredado, trágicamente, de una deficiente, casi en el mejor de los casos, educación.
Muchos de ellos recibieron una formación que ni tan siquiera les permite leer un diario, o saber que pone en los escritos que muchas veces firman a ciegas.
Así con esta enorme carencia educativa se han forjado varias generaciones de personas serviles, sin capacidad crítica de decisión, sin posibilidad de elección, dado que no sólo es aprender a escribir o a leer, una buena enseñanza. Sino que la base de toda formación debe ir encaminada a conseguir una sociedad crítica, exigente, preparada, con capacidad para pensar y razonar de forma independiente que sea capaz de opinar y tenga interés en investigar, en desarrollar su intelecto, como mejor sepa, en desarrollar sus propios valores y que éstos no vengan impuestos. En definitiva en ser libres.

Supongo que en esos grises y amargos años, la educación era un bien preciado, al alcance de muy pocos y vigilado bajo el duro sesgo del sistema reinante. Perdiendo, de esta manera, la oportunidad de crear una sociedad más moderna, crítica, plural que la que el régimen tuvo a bien de modelar…

miércoles, 13 de mayo de 2009

¿dónde está la lista?



Hace unos días leí una frase que me provocó una irónica sonrisa, pero que se ha instalado en mi cabeza como “starter” de un pensamiento que ya pululaba en mí desde hace un tiempo.
La sentencia rezaba así; “¿Dónde está la lista que distingue las dictaduras buenas de las malas?”.

Esta reflexión dispara directamente al centro de las trincheras ideológicas que defienden con toda su munición argumentativa, aquellas dictaduras que les son próximas a su posicionamiento político, al menos en la teoría. Obviando que estos regimenes totalitarios o democracias de papel mojado son proyectos personalistas y en gran medida construidos a imagen y semejanza del todo poderoso sátrapa de turno. No siendo más que un trágico reducto donde los derechos elementales más básicos y que deberían ser respetados y reconocidos por todo el mundo, son obviados, olvidados y desterrados. Donde sólo caben en las fantasías, que dan las horas de prisión, de los que osaron alzar la voz contra estos regimenes tiránicos y vetustos, que a base de represión, miedo y control aspiran a postergar el fin de ese lucroso negocio para los líderes del cortijo-nación.
Así los derechos humanos, la libertad de expresión, el derecho a huelga, a reunión, la libertad de afiliación o incluso la propia identidad sexual son elementos que no se valoran, no se respetan, no se toleran, si escapan del baremo que el dictador ha establecido.
Por eso me cuesta comprender, como se puede defender formas de estado donde las libertades son exiguas o inexistentes. Añadiendo que tu vida no tiene ningún valor y sigue los designios del líder supremo.
Pero claro, debe molar mucho, muchísimo, ver como ondean esas banderas tan molonas que luego desde la comodidad del propio salón de cada uno defendemos con los privilegios que oferta vivir dentro de una democracia europea.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Mal de lenguas

Hace unos días vi un cartel que llamaba a los aragoneses a manifestarse contra la imposición del catalán en Aragón. Leído así, parece que una turba de furiosos catalanes con piolet en mano y barretina en la otra van a entrar por la franja de Ponent, para ocupar Aragón…
Nada más lejos de la realidad, lo que pretendían los grupos convocantes, no era otra cosa que seguir jugando con la demagogia que siempre pulula sobre las lenguas en España.
Ellos consideran que dar un marco de protección dentro de Aragón, en las zonas catalano parlantes al catalán es una imposición lingüística de esta lengua sobre el castellano y que por supuesto, todos los aragoneses deberán rendirse al credo catalanista y aprender catalán, incluso donde nunca se ha hablado...
¿Opinan lo mismo del aragonés, que se habla en el Pirineo? ¿También es una imposición?




Desde mi punto de vista considero crucial que todas las lenguas tengan una cobertura legal que les de un amparo, al nivel de su realidad social en esa región, al que aferrarse para no perder su identidad y acabar siendo un dialecto lleno de barbarismo, con construcciones verbales o gramaticales incorrectas. Por ello, considero que la variedad dialectal que se habla en las zonas colindantes con Cataluña y Valencia, de Aragón deben tener un marco que recoja sus necesidades, sus derechos y sus deberes. Se les debe dar una cobertura para que el idioma, y la cultura que arrastra con él, no se pierda en el limbo, no se vulgarice. Se le debe dar ámbitos formales para que pueda crecer, según sus necesidades y conseguir que el catalán pueda ser usado en todos los ámbitos, en esa zona, con total normalidad y en igualdad de oportunidades, para sus habitantes que el castellano. No pretendo un proceso de sustitución lingüística, lo que busco es una igualdad de oportunidades y con ello dotar de los mismos recursos e igualdad de oportunidades de desarrollo a lenguas que conviven en un mismo espacio, si llega a ser viable.

Pero más allá de crear una determinada ley de lenguas, para acoger, proteger, una lengua, que es parte del patrimonio cultural, social y personal de esa zona, no debemos olvidar que las lenguas están hechas para comunicar y no para dividir. Así resulta muy cansino escuchar los mismos tópicos que pululan en los eternos debates que se adoban luego con varios espacios comunes y manidos para querer de esta manera atraer hacia tu trinchera lingüística a los desinformados. Ya que contraponemos la superioridad de nuestra lengua a lo que hablan “los otros” y destacamos las grandes virtudes, mientras “ellos” no dejan de hablar un vocablo que no es más que un nido de áspides. Y para ello recurrimos a inventarnos la historia, falsear la realidad o humillar a los que hablan otra lengua, como si fuesen nativos sin civilizar y mereciesen la condescendiente labor socializadora que se producirá cuando acojan nuestra lengua y abandonen su sucia cultura inferior…

Debo reconocer que esta situación, no es nueva para mí, desde que empecé a entender como funcionaba el mundo, la he visto. Pero tengo que ver con cierto desánimo que se sienten las lenguas, en todos los sitios, como enemigos a batir, en vez de oportunidades de descubrir nuevas oportunidades.

domingo, 3 de mayo de 2009

callado estas más majo



Después de varios días desconectado de la realidad y viviendo en el mundo paralelo que supone que sea fin de semana y no estar por casa, ahora cuando he llegado y he encendido el ordenador, me ha sorprendido ver como en varias webs de información destacan que la libertad de expresión de la prensa corre malos tiempos. En todas las webs se alude a la crisis económica como factor agudizante de ello, en el mundo en general y sobretodo en los países más industrializados.
Pero más allá de plantearme si la crisis es consecuencia o excusa, para crear profesionales, con baja capacidad de crítica y sectarios con el medio que les paga. Me preocupa el fin mismo de la propia profesión. Donde se pasaría de un periodismo libre, comprometido, crítico y plural, a una serie de panfletos editados de forma sistemática, en la cual los reporteros no dejarían de ser meros transcriptores de las palabras dictadas desde los responsables de la redacción.

Habrá que plantearse que importantes razones son las que asustan a los redactores jefes, para no permitir que un reportero explique, cuente, narre, una noticia, sin tener que pasar el filtro de la propia censura que hace el medio…



Así podemos, también, lamentarnos de la deplorable situación informativa que padecen en muchos países con débiles democracias o con regimenes dictatoriales o personalistas. Ya que no deja de ser inquietante que este año hayan muerto 18 reporteros en el mundo, como consecuencia de su cometido profesional o centenares de ellos pasen sus horas entre las rejas de una prisión, por querer contar de forma veraz, libre y valiente la realidad que le rodea.

De esta manera se nos crea una paradójica realidad, donde quien puede usar la libertad de prensa, por las garantías constitucionales que posee, no puede hacer gala de ella, porque los medios se aferran a su línea editorial y no permiten capacidad alguna de disensión a sus trabajadores. Y sus colegas de fatigas, nacidos muchas veces en el otro hemisferio, que buscan explicar a sus iguales de una manera independiente del quión que marca el Estado que sucede en su país. Encuentran que al hacer gala de este derecho, son perseguidos, torturados, encarcelados e incluso matados.

Esta situación me recuerda mucho a una frase que los padres suelen decir, entre los dientes, a los niños que preguntan cosas que ellos consideran inoportunas; "callado estas más majo"