lunes, 30 de marzo de 2015

dios no los entiendo

"No lo entiendo" me contestaba un paciente hace unas horas, cuando la conversación ha derivado a la religión. "Estos no son musulmanes, porque en el Corán no pone nada de matar, ni de asesinar" me explicaba Hamed mientras se mostraba contrariado. "Ni mi mujer, ni mis hijas llevan pañuelo y mis hermanas tampoco".

Él es un marroquí que lleva 21 años en España y hoy después de una larga conversación sobre temas mundanos ha acabado confesando que siente rabia de los yihadistas. "Porque ellos no son musulmanes, son asesinos. No sé de donde han sacado el dinero, pero se aprovechan de la ignorancia" Para puntualizarme, posteriormente "Aunque entiendo que puedan manipular a los musulmanes en zonas pobres de África, pero que europeos, hijos de europeos ya caigan en sus redes, y sus engaños. No lo entiendo"

"La religión debería ser un código ético, unas normas de conducta, no matarás, no robarás.." reflexionaba, al final.

Yo lo escuchaba hoy y no puedo nada más que darle la razón. Él, un musulmán estupefacto y yo, un ateo descreído, compartíamos pesares; viendo como la ignorancia, el odio y el rencor mina las voluntades y convierte un ideario ético en un arma arrojadiza y de sectarismo.

Si Mahoma levantara la cabeza tal vez dijese también; "no lo entiendo"

domingo, 15 de marzo de 2015

Yo creo en el sindicalismo

Aunque reconozco que hay seres dentro de los sindicatos que flaco favor hacen a los miles de militantes que luchan cada día por los derechos de sus compañeros. Y asumiendo que sus estructuras deberían adaptarse en formas y modos a la realidad que vivimos hoy. Voy a romper una lanza a favor de los mismos.

Los sindicatos son necesarios, imprescindibles. Pero yo quiero un sindicalismo vivo y pegado al humo de la fábrica, a la tiza de la escuela, al olor a desinfectante del quirófano de hospital. No quiero unos sindicatos de corbata y pose.

Esas estructuras deben representar las necesidades reales de los trabajadores y defender nuestros intereses con la astucia necesaria para que no perdamos derechos cada viernes en el Consejo de Ministros, o en los recortes de la consejería de turno.

Yo quiero que los sindicatos respondan por sus actuaciones y sepan que el horizonte que les debe mover es defender el empleo y al conjunto de los trabajadores.

Porque la lucha sindical no acabó el día que conseguimos las 8 horas de trabajo o las vacaciones remuneradas. Ya que podemos ver como los trabajadores constantemente estamos perdiendo derechos, salarios, unas condiciones dignas de vida, unos servicios públicos de calidad y no debemos tolerar que esto suceda.

Sí que debemos exigir que nos secunden en nuestra lucha quienes representan a los trabajadores y, de esta manera, juntos; sindicatos y trabajadores luchar por recuperar los derechos perdidos, desde la fábrica, desde la calle.

Con la conciencia de lo que somos. Sabiendo que solo podemos cambiar la cosas juntos. Y el sindicalismo activo y comprometido debe ser nuestra baza más poderosa para cambiar la realidad que nos rodea

lunes, 9 de marzo de 2015

El PSOE se vuelve a equivocar: el valor de una encuesta

Estos días atrás hemos visto como Pedro Sánchez está realizado su verdadera función, la de enterrador del PSOE.

Hasta hace unas pocas semanas podíamos pensar que él era una campaña de imagen para intentar ganar el voto fácil. Pero con el descabezamiento de Tomás Gómez y las formas en las que lo han ejecutado, ha confirmado que el PSOE es un cadáver y él el enterrador.

Más allá de las maneras; el caos, el ridículo, las mentiras y la improvisación que ha rodeado a la destitución del líder madrileño socialista. Redunda que el responsable de la gestora justifique la decisión en una encuesta interna sobre intención de voto.

Comprobando, de esta manera, como el PSOE sigue repitiendo conductas equivocadas, o los asesores turolenses del PSOE que susurraban encuestas hace cuatro años en Alcañiz, sobre hipotéticas mayorías en el ayuntamiento han sido ascendidos a la sede madrileña socialista. Y valoran más una encuesta que la voluntad de la militancia socialista.

Si en algún momento el PSOE consideraba poder recuperar la imagen, la credibilidad y, por ende, al desencantado electorado que han perdido por sus múltiples incoherencias y errores. Con este último esperpento confirman que ya no pueden ser una realidad de gobierno seria, y ni siquiera valorables como oposición férrea de una derecha astuta e implacable que nos recorta nuestros derechos, libertades y servicios sociales.

En consecuencia, solo nos queda esperar que los gurús socialistas encarguen la siguiente encuesta. Aunque la pregunta sería clara; ¿llegará el PSOE a comerse los turrones?