jueves, 17 de agosto de 2017

Hagamos un referéndum.

"Me parece muy bien que se manifiesten, pero que lo hagan sin que me molesten" exclamaba azorada estos días atrás una angustiada turista, pamela en mano, en la cola de los arcos de seguridad del aeropuerto de El Prat.

Tal vez, nos parecerá poco importante que estos trabajadores hayan aunado fuerzas y de forma solidaria se manifiesten para luchar por la pérdida de derechos que ha supuesto la enésima privatización de un servicio público. O por otra parte, no consideremos relevante que cobren hasta 300 € menos o que reclamen más puestos de trabajo para poder hacer correctamente su trabajo.

Supongo que a los ojos del españolito medio y acomodado, que por supuesto nunca hemos tenido un problema laboral, y en estos años no hemos perdido un solo derecho laboral, debe ser difícil de entender que un grupo de trabajadores realice una huelga como medida de presión. Para, en consecuencia, recuperar unas condiciones de trabajo que se le han volatilizado, por designios de un ominoso patrón que busca su lucro personal a costa de empobrecer a los trabajadores.

También entiendo, que nosotros, como españolito medio que hace alguna cola en el aeropuerto, nunca hemos trabajado varias horas extras y no las hemos cobrado o nunca nos han reducido el salario porque: "la cosa está muy mal".

Por todo ello, entiendo que a los españolitos medios nos parezca mal que se manifiesten los sudorosos trabajadores y con ello nos entorpezcan nuestra plácida vida diaria de nubes de algodón y unicornios.

Así, en consecuencia, yo propondría que cada vez que algunos trabajadores quisieran hacer una huelga, hiciéramos un referéndum y así decidir si nos viene bien o no su huelga, y cuando y como hacerla. Para de esta manera, no tener que padecer las molestias de sus gritos, sus pancartas y las colas que se hacen en el aeropuerto que me arruinan el selfie para Facebook.

martes, 1 de agosto de 2017

La serpiente de verano

Hace ya varios veranos que desterramos el término periodístico: “serpiente de verano”. La expresión alude a ese tema que no es de primera plana, pero que tapaba durante el verano la carencia de temas relevantes y llenaba de minutos y páginas los diarios, hasta que el verano acabase y volviesen los grandes titulares que descansaban durante el estío.



Hoy me ha venido a la mente este término al empezar a redactar esta columna, por varios motivos. Tal vez el más evidente es que estamos a un salto de entrar en Agosto y ello me ha llevado a pensar cuál es la serpiente de este verano. De esta manera, después de divagar un buen rato no he encontrado, hasta la fecha, ninguna noticia que sea merecedora de ese honor.

Pero, esto me ha suscitado otra pregunta, ¿por qué no tenemos este tipo de noticias desde hace algunos veranos? Mi impresión es que ya no son necesarias. Puesto que ya no es necesario buscar adormecernos con noticias de relleno, durante el verano. Porque, como sociedad, ya somos un ente sin alma, sin fuerza y sin voluntad. Nos hemos ido adormeciendo hasta caer en la apatía y solo somos capaces de alzar las cejas, para acto seguido olvidar lo que hemos leído y con absoluta indiferencia, no reaccionar y seguir pensado, única y exclusivamente, en respirar y pagar nuestras facturas. Porque durante todo el año vivimos rodeados de noticias superficiales, pintorescas o bizarras, que solo buscan quedarse en la anécdota de la noticia, o distraernos con fuegos de artificio, mientras la realidad la siguen moldeando ajenos a nuestro conocimiento.



Por esta razón, los medios no tienen que generar las serpientes de verano para entreteneros durante los veranos. Ahora nos enmascaran todo el año la realidad, para así caer en un profundo estado de aletargamiento del cual, no sabemos salir, y tal vez no queramos salir.