martes, 22 de febrero de 2011

el ruido

No me gustan las políticas de derechas, no creo en el liberalismo, no comparto los pensamientos monolíticos, discrepo con los sumisos, me enervan los privilegios.
Pero ante todo, creo en las personas y en su capacidad de exponer sus argumentos, de debatir, de razonar, de explicar su posición y por ello hago mía la frase de Voltaire; "No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”

Porque un debate no debería ser un corral de gallinas o una demostración de egos. No debatimos para ver quien "la tiene más larga", Sino para que en el intercambio de opiniones, desde el respeto y la educación, conocer cual es el punto de los demás y así progresar en nuestro razonamiento; desde las dudas que nos pueden plantear y desde la capacidad de usar nuestros argumentos.

Por ello, considero que los debates o las exposiciones públicas, sean las que sean, basadas en la descalificación, las gracietas, los argumentos subjetivos o en cuestiones ajenas al tema a tratar, no sólo invalidan a quien los usa, sino que retrata la ausencia de criterio y de puntos en los que apoyar sus tesis.

Tal vez sea que estamos demasiado acostumbrados a los gritos, al esperpento mediático o a las voces de coral que adornan los sainetes televisivos. Pero deberíamos dejar de alimentar el ruido y desde el sosiego, aprender a debatir con la razón que cada uno pueda tener

Publicado en bajoaragondigital.com 21/02/11

domingo, 6 de febrero de 2011

mis motivos para presentarme a la alcaldía de Alcañiz



No acepté el cometido del comité por una cuestión de ego, o por arrogancia. Para mí fue un honor que el Comité del PSOE de Alcañiz valorara que yo podía ser un buen candidato de cara a las elecciones municipales de Mayo.

Pero... la gran pregunta que muchos se podrán hacer... ¿por qué acepté? Sobre todo por dos motivos, porque soy socialista y porque quiero regresar a la Ciudad de Alcañiz, para edificar mi futuro en ella, con ella.
Soy socialista porque creo en los valores tradicionales que ha defendido la socialdemocracia. Soy socialista porque creo en la justicia social, en la igualdad, en el compromiso con la sociedad, porque creo en la libertad y porque creo firmemente que la política debe ser un medio para transformar y mejorar la sociedad y no un bien para agrandar fortunas, motivar vilezas y enriquecer egos.
Y sobre Alcañiz, ¿qué puedo decir que no podamos vivir cada día? Una Ciudad que me acogió y acoge. Una Ciudad viva y con un enorme futuro que entre todos podemos construir.
Por eso asumí la propuesta, porque siento como propias las luces y las sombras de esta Ciudad. Porque me ilusiona que con el esfuerzo y la implicación de todos, la convirtamos en una Ciudad más moderna, más social, más integradora, más plural, más ilusionante, más de ciudadanos. ¡Simplemente que la hagamos más!

Así desde la humildad y la ilusión, asumí la idea y haciéndola mía comencé a trabajar para hacer no sólo una lista electoral, sino algo mucho más importante, un equipo humano que representase una idea de trabajo, y esa idea de trabajo se plasmase en los próximos meses y años en seguir transformando Alcañiz, en una ciudad de la que todos podamos presumir con orgullo.

Pero tengo más motivos que me han movido a ser el candidato del PSOE en Alcañiz. Estoy cansado de oír que los jóvenes no nos implicamos en la política, en la sociedad que nos rodea. Y esto cuando menos es falso. Muchos son los que dedican su tiempo a actividades sociales o educativas, a actividades que promueven el desarrollo de la sociedad. Por eso acepté, porque los jóvenes estamos vivos y somos participativos. No somos unos entes sin ideales, ni sueños. No somos una generación perdida, somos una generación del presente y del futuro.
También acepté porque creo que todos debemos poder elegir nuestro camino, nuestras metas, las cuales sólo las podemos asumir con nuestro esfuerzo.
Nací en el seno de una familia trabajadora y humilde y nadie me pagó los estudios y los terminé, con mi esfuerzo. Nadie me pagó mi primer alquiler, y aún así decidí volar de mi casa para hacer mi propio camino, valiéndome sólo de mis manos y las enseñanzas éticas de mi familia.

De esta manera, todos podemos hacer lo que nos propongamos y sepamos que es correcto. Porque quien sepa lo que es correcto, hará lo correcto.


Publicado en La Comarca y en el Diario de Teruel; viernes 4/02/11

martes, 1 de febrero de 2011

la estaca



Será que nos separa el Mediterráneo. Será que entre nosotros hay importantes diferencias culturales o religiosas. O será que los sentimos muy lejos, pero nadie nos hemos rasgado las vestiduras, ni hemos enarbolado banderas, para defender las manifestaciones de estas semanas que se han producido en el Norte de África.
Será que no es tan molón defender los derechos de los egipcios, como los derechos de otros pueblos del Norte de África que pueden vivir bajo el yugo de una dictadura.
Mas siempre es una buena noticia que los países que están bajo los caprichos de un sátrapa, puedan salir de esa cueva de miedo, persecución y culto al líder, para poder convertirse en una democracia.

Así estas revueltas buscan acabar con regimenes oscuros, corruptos, tiránicos y represivos. Regimenes, que algunos amparados en pseudodemocracias, han mantenido su puño de hierro sobre el país.
Regimenes que han subsistido hasta que los ciudadanos han descubierto que la estaca, a la que estaban sujetos, está podrida y con el impulso de todos pueden hacerla caer

Es un buen síntoma, pero no debemos perder la perspectiva que aún quedan muchas dictaduras en el mundo. Muchas zonas donde los derechos son callados, con la violencia. Las libertades son violadas y la paz es silenciada con el ruido de los fusiles.

Por ende, y sin titubeos, debemos ser valientes y respetar los procesos democratizadores y no intervenir en ellos negativamente, por intereses ajenos al propio desarrollo del país. Ya que la democracia no son contingentes de militares, ni escuadrones de la muerte, y sí es humanismo y conciliación, como defendía Olof Palme.
Hay que acabar con las dictaduras, pero a la vez, hay que conseguir que las incipientes democracias sean buenas para sus propios intereses. Que no nazcan cercenadas, por los mismos intereses que planeaban sobre el anterior tirano y no se conviertan en una cortina de humo para salvar la conciencia de los gobiernos industrializados.
Por ello hay que apostar por la defensa de las nuevas democracias que surjan, respetando sus soberanías nacionales.

Ya que el compromiso internacional se tendría que basar;” en el mentado derecho de autodeterminación, en una mayor justicia social, más libertad para los pueblos y naciones y como objetivo final de esta ecuación; la paz”. (Olof Palme)