jueves, 12 de enero de 2017

El ombligo de Pablo y de Iñigo

Lo que se llamaron las "Fuerzas del cambio" llevan varias semanas ensimismadas en mirarse su propio ombligo. Para así medir quien es más alto, más guapo y más fuerte dentro del partido.

Al final parecerá ser que ese cambio que nos propusieron se basó en llegar al Congreso, representar alguna escena para llenar sus medios y los ajenos, Twitter y varios posts de Facebook. Y después, su iniciativa parlamentaria se ha diluido en la mediocridad e irrelevancia. Ya  que vistas las noticias de estas últimas semanas deben pensar que a los españoles nos importa más quien dirige su formación o quien lanza la pulla pública a su rival más sórdida o ruin.

En esta tesitura, se nos han escurrido temas que deberían marcar la agenda política estatal, y con sus enredos, han dejado pasar. Es difícil saber su postura al respecto de los presupuestos del Estado, o sobre la postura flexible y servil del PSOE, en las últimas negociaciones parlamentarias, entre otros. Realmente me parecería más interesante que hubiesen centrado el debate político en la pobreza energética, y no dedicasen sus esfuerzos en insertar publicidad del amigo Errejón o Iglesias en mis apps del móvil.

En consecuencia, entre debates y pullas de bajo calibre, carente de todo tipo de interés ideológico, vamos pasando los días. Con la extraña sensación que su cambio se diluye, su acción política se vuelve obtusa e incierta, sin saber realmente cual es su función en la política: ¿llegaron para cambiar la sociedad? ¿Llegaron para quedarse ellos? O,¿llegaron para hacer ruido y animar las charlas de sobre mesa con sus escenificaciones calculadas?