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sábado, 7 de marzo de 2020

Tierra quemada

“La política de tierra quemada es una táctica militar que consiste en destruir absolutamente todo lo que pueda ser de utilidad al enemigo cuando una fuerza avanza a través de un territorio o se retira de él. “

Después de una larga década de recortes; en prestaciones sociales, servicios sanitarios, educación, servicios sociales, etc., perdida de derechos laborales, de sustento social por parte del Estado, además de reformas económicas que han ahondando la brecha social entre ricos y pobres, parecería que la derecha ha dejado el Estado como si fuera tierra quemada y, por ende, sin esperanza de mejora en nuestras vidas. Para hacernos caer en el desánimo y “Abandonar toda esperanza, quienes aquí entráis” como glosa Dante.

Pero ante el infortunio, la desazón y los miles cantos de sirenas que nos susurraron que nos rindiéramos; luchamos, nos levantamos y peleamos porque nuestra voz fuera más fuerte que la tormenta perfecta que orquestaron y cuando ya parecía que no había esperanza seguimos remando en la deriva. Perseverando porque las razones seguían intactas para demostrarles que no fue una crisis, sino una estafa perfectamente dirigida. Que tenía el fin de hacernos más pobres, más débiles y sumisos, pero no calcularon que nunca nos íbamos a rendir, que hasta el último aliento que tuviéramos íbamos a pelear y solo nos detendríamos, nos detendremos, cuando recuperemos todos nuestros derechos, nuestra calidad de vida.

Y con la suma de todo nuestro coraje, nuestras ganas de defender nuestros derechos y sin rendirnos hemos llegado hasta aquí, con las pensiones revalorizadas,una subida del SMI y las nóminas a los funcionarios.

Aunque la derecha dejó el Estado quemado, que nadie dude; no vamos a flaquear, esto es solo el comienzo de nuestra era. Es el momento de recuperar todo lo perdido y de encarar el futuro con un optimismo que ya no recordamos desde hace más de una década.

miércoles, 8 de enero de 2020

Un año en blanco

Acabábamos el 2018 celebrando la subida del SMI, gracias a la presión y tesón de Unidas Podemos. Todo fueron alegrías, menos para la derecha que nos avisó de que vendría el coco. Ya sabemos, a ellos lo de que los obreros cobremos más lo llevan regular, por lo visto.

Pero, después de esa alegría, llegó la nada. Sánchez se enrocó y tiró por la borda unos presupuestos para aventurarse en una cruzada que le asegurara un parlamento más cómodo y adecuado para sus intereses. Y así, en este peregrinar de 12 meses hemos visto como la extrema derecha entraba en el Congreso, con sus vítores y modos. Se ha amparado sus discursos de odio, mentiras y complejos. Se ha permitido que se banalicen temas capitales de nuestra sociedad y han admitido que duden sobre la veracidad de los hechos, porque la canalla lo ha vociferado desde sus oscuras cuevas, hasta que han salido a plena luz y han recibido el cobarde apoyo, ante nuestra estupefacción.

Hemos visto como la derecha cobarde ha sido rehén de sus silencios y ha dado una mayor voz al fascismo, permitiendo que sea capital en algunas decisiones políticas.

Y mientras pasaban los meses y la extrema derecha se hacía fuerte, la izquierda ha resistido el empuje que quería hacerla caer, sacarla del tablero y que fuera prescindible, en el previsible, gobierno que está próximo a formarse.

En consecuencia, ha sido un año en blanco, porque mientras la extrema derecha se hacía presente, por los egos que susurraban a Sánchez hemos perdido un tiempo precioso para regular el precio de los alquileres o el de la luz. No hemos intervenido en los desahucios, ni hemos acometido una reforma fiscal que cargue sobre las grandes fortunas el peso de la Renta y no sobre los obreros. No hemos visto unas políticas medio ambientales que sean valientes y vertebradoras. Mientras pasaba este año, el interior de España demandaba soluciones para frenar la despoblación y la falta de servicios básicos. Nos hemos desangrado con la violencia machista, se necesitan políticas firmes y decididas para acabar con esta lacra, reducir la desigualdad salarial y que haya, de una vez por todas, una verdadera conciliación familiar.

No puede haber más años en blanco, son muchas las necesidades vitales que nos acucian y mucha la responsabilidad que se exigirá si no se acometen.

lunes, 24 de diciembre de 2018

No es la bandera, estúpido.

No es la rojigualda o la republicana, no es la estelada o la bandera de Aragón de lo que estamos hablando.

El debate se centra, en base a qué valores construimos una región, un Estado, y por ende, no hablamos de cosas etéreas. El foco lo ponemos en elementos tangibles y reales: paro, precariedad laboral, desahucios, sanidad, educación, pensiones, un sueldo digno, el acceso a la vivienda o la corrupción, entre otros.

Porque yo no quiero una República en la que la Gürtel, Bárcenas o Villarejo sean protagonistas. Yo no deseo una abdicación, si el precio de la vivienda de alquiler no tiene control alguno, las pensiones son exiguas y no se legisla para recuperar los muchos derechos laborales perdidos. Yo no defenderé nunca una república que sea cómplice de negociar con Estados no democráticos, proteja a la banca y desahucie a familias diariamente, y, a la postre, me venda como inversión social construir buques y armamento bélico.

Yo quiero un Estado (mejor una República) que sepa que el futuro del país debe pasar por garantizar el acceso a una sanidad pública, de calidad y eficaz, que favorezca la conciliación familiar y laboral, que haga desaparecer los sueldos de miseria y legisle para que en materia laboral no se produzcan atropellos empresariales. Quiero un Estado que persiga la corrupción, de forma implacable y condene rápidamente a los que defraudan. Haciendo que las corruptelas y pagos en "b" sean un triste recuerdo del pasado.

Parafraseando a aquel asesor de Bill Clinton: "no es la bandera, estúpido".

domingo, 16 de diciembre de 2018

¿Catalunya es una batalla de la izquierda?

Hay un principio básico en política que es apostar por las batallas ideológicas que bien se quieren ganar, o sobre las que se quiere influir, en función de la posición de cada uno.

Este precepto tan básico, la derecha lo hizo muy bien el año pasado, con un tema en el que ideológicamente, le era ajeno a la izquierda; la independencia de Catalunya.
Ya que lo que era (y es) una pelea entre dos derechas corruptas, consiguieron convertirlo en una brega en la que la izquierda acabó o bien en medio de los dos frentes dialécticos o por animadversión hacia Rajoy se acabó posicionando a favor de la derecha catalana.
Hechos, sin duda, que han conllevado un evidente desgaste de tiempo, recursos y mensajes que han caído en saco roto, y han socavado parte del crédito público de las formaciones progresistas.

Por otra parte, esta incómoda posición de la izquierda, en este asunto, ha permitido que ambas derechas zarandeen mediáticamente a los líderes políticos progresistas, achacándolos de ser cómplices “del otro”.
Sumando además otro efecto más nocivo aún, durante el transcurso de esta batalla nacionalista, la izquierda ha perdido la oportunidad de priorizar el debate sobre los problemas sociales que aun existen en España (y en Catalunya son patentes también): como la gestión sanitaria y educativa, cómo se puede garantizar desde el Estado un sistema público de pensiones y revalorizarlas, recuperar derechos laborales y trabajar por un mercado laboral en el que la precariedad no sea la norma habitual.
Así, un año después, tampoco tenemos las respuestas que demandábamos para los desahucios, para favorecer el acceso a una vivienda digna o para una conciliación familiar efectiva.
En definitiva, ¿cómo estamos saliendo de la crisis?

Con el agravante que parte de la izquierda parece haber quemado su imagen y discurso, siendo el Don Tancredo de las derechas nacionalistas.

Por todo ello, es imprescindible recuperar la acción en las políticas que la ciudadanía necesitamos, para resolver la salida de la crisis desde una perspectiva social, de izquierdas y sin excluir a nadie de la misma.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Vox, ¿somos responsables?

Las señales que emitía esta campaña eran de cambio, de un cambio capitalizado por una caída del PSOE. Pero sin duda, nadie podría prever que los resultados iban a ser los que han sumado al abrirse las urnas.



Desgraciadamente, la entrada de Vox se daba por hecha, algún diputado, luego tres o cinco, tal vez diez, decían los más optimistas. Finalmente su apoyo ha llegado hasta sumar doce diputados.

Increíble para un partido de extrema derecha que nos oferta la perdida de derechos, la desigualdad, un discurso xenófobo y una sociedad que rezume loas a un pasado oscuro dictatorial.



Así con este mensaje tan retrogrado han saltado de ver la política desde su rincón, sin que nadie les prestase atención, hasta capitalizar la noche electoral. Podremos decir que los medios han sido su altavoz, podremos añadir que Trump y el viraje hacia una Europa ultraderechista que desprecia y no entiende a los inmigrantes han sido sus catalizadores.

Lo cierto es que llevan años con este mensaje, ya hace casi cinco años estuvieron cerca de entrar en el Parlamento Europeo y solo un puñado de votos lo evitó. Pensamos que se habían ido, pero hoy han abierto la puerta.



Los votantes sin duda, debemos leer muy detalladamente el mensaje que transmite Vox y analizar qué nos proponen en materia de inmigración, de violencia de género, de libertades públicas, qué concepción de nuestro pasado tienen y qué valores democráticos defienden.

Debemos pensar si podemos apoyar sus ideas, o si por el contrario rechazamos sus ideas políticas y no queremos un país clasista, racista y con deudas históricas.

martes, 20 de noviembre de 2018

A 24 horas de la muerte de Franco

Tal vez a 24 horas de la muerte de Franco, la España que aun no había despertado soñaba con un país que recuperaría libertades pasadas, con una democracia que apostaba por la implicación y participación de la sociedad en la vida pública. Bien desde las instituciones, bien desde los foros de expresión e implicación social que existían y existen.

Tal vez a 24 horas de la muerte del dictador, pensábamos que 40 años más tarde habríamos aprendido que sucedió y no discutiríamos la historia. Sino que desde la reflexión sosegada y con la razón, no tendríamos que oír a líderes de comunicación o a ciertos políticos vergonzosos mensajes que solo buscan confundir, desde la mentira y los espacios comunes que perdonan y amparan la dictadura del Caudillo.
Seguro que a 24 horas de la muerte del dictador queríamos un país que comprendiese su pasado y no lo ocultase de forma ignominiosa.

Lo que es probable que cuando se cayó del caballo, al final, no soñábamos con este país. Con un país que no ha sabido condenar, sin fisuras, ni ambages y de forma contundente esa dictadura. Seguro que no soñábamos con un país que la libertad se recortase y sobrevolase el miedo a opinar, bien rapeando, bien encima de un escenario o en Twitter.

Porque a 24 horas de otra conmemoración de su muerte, seguimos esperando palabras ambiguas de una complaciente derecha, mientras la ultra derecha crece en presencia y su mezquino, artero y caduco mensaje tiene cada vez más calado de lo que nunca hubiésemos imaginado nunca cuando Franco murió.

viernes, 9 de noviembre de 2018

La carrera de la crispación.

Exclamaba este domingo Rivera en Altsasu: "El día que los demócratas permanezcamos indiferentes a las agresiones de los antidemócratas, ese día, morirá la democracia."

La verdad que no me queda más remedio que darle la razón. Porque el día que permitamos que haya desahucios, que el Ibex 35 (y no la ciudadanía) marque la agenda política, social, legislativa,o incluso judicial. El día que salga más barato robar que opinar, pagar sobrecostes que rapear. El día que se vigilen a los humoristas, pero tengamos a dictadores con honores. El día que desde el Estado se financie a oscuras asociaciones que promulgan el ignominioso pasado franquista. Ese día podremos decir que la democracia morirá.

Pero espera, tal vez Rivera no se refería a esto y ha preferido ir a Alsasua a señalar a los buenos y a los malos de esta escena de olor a naftalina que se está gestando. Tal vez, Rivera de los bancos y la justicia no ha dicho nada. Y puede incluso que no se haya pronunciando sobre la pobreza energética, o al respecto de porqué le parece mal que se suba el Salario Mínimo Interprofesional.
Cabe incluso que solo haya ido a este acto dominical a ganar un puñado de votos a costa de volver a dividir y crear más tensión.

Y por ello, me inquieta pensar que este quiere ser su bagaje, con el que presentarse en las próximas elecciones generales. Como el campeón de la crispación. Como el pirómano de la política. Ya que no le bastaron las imágenes de tensión de Barcelona, si no que además repite un segundo bolo.

Y así viendo el elenco de actores de la derecha, varias preguntas me rondan por la cabeza: ¿Por qué los principales líderes de la derecha solo entienden la política desde la crispación y la división? ¿Por qué no hablan de diálogo y sí de trincheras? ¿Cuál será su método de resolución de conflictos, antes los hechos que están capitalizando y protagonizando? ¿Cómo quieren, luego, calmar la tensión que sus declaraciones generan?

Incierto futuro nos espera en este país, con esta dura lucha entre la derecha, porque en sus actos no se formulan propuestas en términos ideológicos, sobre la realidad política del país. Si no que sus últimas actividades públicas solo se centran en acaparar los sentimientos, sin saber que nos proponen ideológicamente cada uno de ellos. Acabando en una carrera de ver: "quien es el más pirómano".

lunes, 27 de agosto de 2018

Franquismoplasmosis

La comunidad científica anda en estas últimas fechas algo revolucionada, por el descubrimiento de un antiguo virus que según los datos oficiales estaba extinto.


El Franquismoplasmosis es un virus endémico de España que se creía erradicado hace más de 40 años, tal vez algún brote muy puntual que se pensaba controlado. Este germen se caracterizaba por afectar a personas de mediana edad, con una alta necesidad de alabar a caducos personajes que representaban a nuestra negra historia, poca empatía por las opiniones divergentes, afección por la represión y manipulación de la historia y un fuerte sentimiento autoritario. Pero en estas fechas recientes, se ha visto un fuerte rebrote de este virus con una característica nueva, está afectando a gente joven.


De esta manera, se espera que la Organización Mundial de la Salud declare España en cuarentena y dedique sus esfuerzos a erradicar este virulento virus, con gran capacidad de contagio entre la población que no había sido expuesta anteriormente, Para así evitar que se expanda.

Ya que esta nueva cepa ataca el cerebro y los ojos generando paranoias, falsedades, neurosis, deformación de la percepción de la realidad e inseguridad que se traduce en insultar a aquellos que no piensan como uno mismo.



Según las últimas noticias se cree que el foco de infección estaría en una zona denominada el Valle de los Caídos, pero los científicos no han podido comprobar esta información, porque no les dejan entrar bajo supercherías que no entienden.



Finalmente, desde la OMS se está trabajando en una nueva vacuna, para prevenir futuros contagios, cuyo nombre experimental es el de: "Si España es una democracia que lo sea de verdad y dejemos de amparar a los franquistas y sus diatribas".

viernes, 6 de julio de 2018

El dinero primero

Marine Le Pen, Viktor Orban, Andrej Duda y ahora a esta lista de nefandos referentes políticos se suma Italia con Matteo Salvini.


"Las elecciones europeas del año próximo serán un referéndum entre la Europa de las élites, de las bancas, de las finanzas, de la inmigración y la precariedad, y la Europa de los pueblos y del trabajo. Nos han ofrecido un futuro de precariedad y miedo, donde un contrato indefinido o tener pensión es un sueño".

Bramaba este pasado domingo intentando seducir a sus ultras. En un incongruente discurso con el que solo buscaba seguir marcando la iniciativa dentro de un tibio gobierno italiano.

Aludo que es incongruente, porque con el objetivo del aplauso fácil, de una masa de bajo perfil reflexivo, en una misma sentencia entremezcló conceptos de una forma soez, artera y demagógica. Para presentarse él mismo como solución como un burdo charlatán de mercado.

Es ilógico su argumentarlo, porque alude que el progreso lo traerá la extrema derecha nacionalista rancia del siglo pasado. Mientras los inmigrantes que huyen de la guerra o la pobreza son secuaces de las élites económicas que gobiernan la Unión Europea.

No seré yo quien defienda a la Unión Europea, pero si algo tengo claro es que a Bruselas le produce la misma repulsa los inmigrantes que vienen desde África para labrarse un futuro que al propio Matteo Salvini. A la vista de las ineptitudes de unos y otro, no me cabe la menor duda.

Me suelen argumentar mis amigos que la coherencia, cualidad que considero vital y básica para cualquier persona y actitud, "está sobrevalorada". En muchas situaciones de la vida tengo esa impresión. Porque percibo que lo difícil es mantener una línea argumental y ser fiel a ella.

Y esto mismo nos pasa con el infame personaje que asola la política mediterránea actualmente. Dado que en otro momento de su discurso después de zaherir otras naciones, por el hecho de ser países empobrecidos (en muchos casos por la propia Italia), se lanzó a abrazar nuevas fronteras dentro de Europa: "Una Liga de ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos".

Lo cual a la postre nos indica, muy claramente, que como buen fascista y personaje de ultra derecha solo le importa la procedencia de la gente, en función del dinero que tengan. Deberíamos recordar, al hilo de esta idea, que la Liga Norte (su partido) repudia(ba) a los italianos del sur, por considerarlos un lastre.

Tal vez, sea coherente, al fin y al cabo, y representa lo que es la verdadera derecha fascista: "el dinero primero".

viernes, 25 de mayo de 2018

La derecha ha ganado el debate

Estos días hemos capitalizado el debate de política nacional en la importancia del acceso a la vivienda.

¿Hablando del nuevo ascenso del precio de la vivienda, que han celebrado los medios de comunicación? ¿Centrando el debate en los desahucios? ¿Hablando de las necesarias políticas de acceso a la vivienda social? ¿Explicando la importancia de que los ayuntamientos gestionen dichas viviendas y no lo hagan los fondos buitres que las adquirieron (vía casi regalo) de los ayuntamientos del PP?

¡Pues no!

Hemos sido capaces de obviar todo ello y centrar el debate que nos han colocado los medios: la casa de Pablo Iglesias y familia.

Voy a ser claro, es su casa familiar y mientras él se la pague con su dinero es su problema. El coste, la hipoteca y el lugar es su decisión y responsabilidad, eso entra en el ámbito privado.

De este asunto solo me inquietaría que le pagase un ático en Marbella un constructor a cambio de un favor (de esos que el liberalismo cutre de amiguetes padecemos en España).

Pero, ¡oh, casualidad! El mismo día que nos rasgábamos las vestiduras y Facebook, Twitter y demás redes sociales se llenaban de artículos y vacuos posts de indignados con la casa de Pablo Iglesias. Leíamos de soslayo que Pablo Casado (el delfín y mirlo blanco del PP de Madrid) puede ser que tuviera un título universitario algo irregular.

Claro, solo hizo falta ver las tendencias de Twitter durante esta pasada semana para saber qué debate ganó y cual se quiso ocultar.

Nadie llegó a recapacitar y ponderar la importancia de un tema u otro y la noticia de Pablo Casado se consumió sin que nadie le exigiese cuentas. Mientras andamos a vueltas con las baldosas o los remates de los apliques de la casa de Pablo Iglesias.

De esta manera, hemos dejado que la derecha gane el debate, nos despiste de sus tropelías e irregularidades, una vez más. Saliendo impune e indemne del enésimo posible chanchullo.

Así con todo este ruido mediático de confusión y contaminación, no hemos llegado a diferenciar qué es ilegal y qué es estético, en el mejor de los casos. Y hemos acabado haciendo tabla rasa, con todo y aceptando cualquier debate que nos propongan, sin tener la capacidad de ser críticos y analíticos, previamente.

miércoles, 28 de febrero de 2018

¡Qué peligroso es el arte!

He pasado la semana pensando como no usar ninguna referencia artística, para expresar las reflexiones que me han ido surgiendo a raíz de las noticias.

Por ello, voy a evitar decir que esta semana habría alimentado varios libretos más de Valle-Inclán, o que con los titulares de prensa Berlanga o Buñuel tendrían muchos argumentos para sus largometrajes.

Poco nos debe importar que un diario de referencia mundial, se asuste porque entienda que la libertad de expresión en España está en peligro porque se censura una exposición en ARCO.

Realmente, a mí me parece más inquietante la tenue ola de protestas que ha desatado que se retirara dicha muestra artística de ARCO y que se celebrara dicho acto con fervor y chanza entre la rancia derecha. Me asusta pensar que bajo el epígrafe de incitación al odio, pueda una expresión artística ser censurada o retirada de una exposición. Cuando deberíamos tener presente que el arte no son solo bodegones de fondo marrón y rancias naranjas en primer plano, sino que el arte debe provocarnos, impactarnos y hacernos reflexionar.

Aunque claro, hablamos de expresiones artísticas libres y podemos ver que tampoco se puede rapear. Porque significa un mayor delito que robar los ahorros de los abuelos, o limpiar los fondos públicos y repartirlos entre los amiguetes.

Y sí, es absolutamente increíble que rapear sea delito y me solidarizo con todos los artistas que solo por desafiar el pensamiento único acaban en la cárcel. Supongo que será mucho mejor ser un patriohortera cursi de los que van poniendo letra al himno español y pagan sus impuestos fuera de nuestras fronteras.

El arte siempre ha buscado provocar y desafiar nuestro pensamiento, presentarnos otra realidad y hacernos reflexionar sobre la situación que vivimos y como interpretamos la realidad. Mal futuro nos espera si aceptamos que censuren el arte en España y permitimos que impongan el pensamiento único hortera y olé en la cultura.

Es el momento de rapear más, leer más a Valle-Inclán y ver más asiduamente a los maestros Buñuel y Berlanga.

miércoles, 31 de enero de 2018

Me habría gustado veros.

Me habría gustado veros con ese fervor, con el que agitáis ese trapo coloreado. Cuando ese gobierno decidió recortar en sanidad y aumentar la lista de espera para esa operación. O cuando aumentó el copago sanitario y ahora pagas más por esas pastillas para la tensión.


Me habría gustado veros, con esa emoción a flor de piel, cuando echaron a tu vecina del tercero, porque debía unos meses de su hipoteca. Pero callaste cuando supiste que la deuda que los bancos tienen con nosotros, nos anunciaron que nunca la íbamos a cobrar.


Me habría gustado veros, enfervorizados contra las injusticias. Contra ese CIE donde me cuentan que se golpea y no se respeta los derechos humanos.


Me habría gustado veros a pie de calle, cuando decidieron que había que rebajar las pensiones y hacer más pobres a los pobres jubilados. Cuando decidieron que los trabajadores teníamos demasiados derechos. No solo recortándonos los sueldos, si no que abarataron nuestro despido, nuestras prestaciones por desempleo e hicieron desaparecer los planes de formación a parados.


Me habría gustado, no. Me habría encantado que juntos coreásemos las vergüenzas de este gobierno mentiroso y artero. Que con sus trucos de charlatán, nos quiere hacer olvidar sus cajas B, sus ordenadores destruidos, su sede pagada en dinero negro, su liberalismo de amiguetes y los millones evadidos, que residen en Zurich, capital de España.


Pero, todas estas veces decidiste que no iba contigo. Que a ti no te interesaba la política. Y por ende, ni que te bajasen la pensión, ni que te murieses esperando esa consulta médica, ni que la prestación por el paro fuese menor. Y aun te pareció menos importante que la banca se quedase con tu casa, y además con tu dinero.

Todos estos hechos fueron baladíes, hasta que el gobierno hizo que te interesara su política y enarbolando un trapo decidiste que tenías que defender la unidad de este país, que tanto ha dado por ti... a los bancos, a Panamá y Suiza, a los amiguetes y cuñados. Pero ahí estás tú, pobre, parado y sin operarte con una bandera auspiciando no solo el problema de ego y naciones de unos señores ricos. Sino que a la postre haciendo tuya esa causa, y no habiendo pisado la calle en estos últimos años, legitimas a un gobierno que ha acabado con el estado de derecho y nuestros servicios públicos.


Me habría encantado vernos defendiendo, juntos, nuestras causas, nuestra sanidad, nuestras pensiones, nuestros derechos, en definitiva. Y no tapando tu amnesia y docilidad con ese trapo

lunes, 16 de octubre de 2017

Estamos muy fachas

Una teoría, no descabellada, narra como es más fácil mezclar mentiras con el relato de la realidad, cuando el caos a nuestro alrededor nos rodea y nos engulle. Eso es lo que debieron pensar en sus oscuros rincones los fachas de tirantes y desodorante de naftalina, al desatarse el sinsentido de golpes, persecuciones y cargas policiales del pasado domingo. Ya que fueron capaces de aunar en un coctel, el sentimiento por esta vasta piel de toro, con el odio de muchos sectores a los catalanes, para catalizar la defensa cutre y rancia a una nación, que sus políticos han dejado al borde de un cisma social.

Estamos muy fachas, cuando se puede gritar impunemente en las puertas de un acto político "traición, ejecución" y lanzar botellas contra la presidenta de un parlamento autonómico.

Estamos muy fachas, cuando miles de personas se reúnen en un acto de La Falange para gritar e insultar por la unidad de España. Sí, he escrito bien, de La Falange. Supongo que habría mucho hijo del Caudillo con ganas de lucir canas y algún nieto carpetovetónico que había afinado su garganta con aceite de ricino para cantarnos lamentables himnos de un pasado que nunca tuvo que existir y el hombre de Cromañón parece añorar.

Y lo digo (estamos muy fachas), porque en los peores años de recortes por la crisis, apenas salíamos varios centenares de personas para protestar contra los recortes en sanidad o se juntaban 4000 personas para protestar por la LOMCE. Pero un domingo por la tarde, varios miles de personas se reúnen para gritar a Puigdemont, vitorear las cargas policiales y hondear la rojigualda comprada en los chinos.

Así, hasta hoy, que en el pregón del Pilar, decidieron que teníamos que pitar a Santiesteve y ahí hemos ido, bandera y pito en mano. Da igual que se haya explicado mil veces que la medalla de oro es a Barcelona y Cambrils (no a Ada Colau) por los atentados y que se aprobara en Junta de Portavoces. Pero no podemos procesar tanto información, estamos muy fachas y nos gustó más la mentira que desde la caverna se inventaron, vía Whatsapp que la verdad que nos han demostrado.

Pero este debe ser el paradigma mental de los fachas, calumnias y caos. Para así intentar renacer de sus recuerdos y volver a un presente que no los necesita.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Diversión con banderas.

“Hola soy el Dr. Sheldon Cooper y hoy en “Diversión con banderas” tenemos a Rajoy y a Puigdemont.”

Así podía empezar cualquier episodio de la sit com Big Band, y partir de ese gag inicial, podríamos delirar con absurdos equívocos e hilarantes chistes sobre banderas y kafkianas situaciones que se pueden producir por una u otra bandera.
Pero la realidad suele ser más tozuda que la ficción y nos regala extrañas vivencias que tenemos que digerir, sin saber que efectos nos producirá.

Así el domingo vivimos una revolución burguesa. Tuve la ocasión de estar en las inmediaciones de un colegio electoral en Catalunya, mientras los Mossos lo cerraban y los votantes se desplazaban educadamente guiados y en el pertinaz silencio propio de una romería de Mayo al nuevo centro de votación, a la par que miraban sus Iphone , brillaban las alhajas de oro y lucían las buenas ropas de los domingo de misa.
Porque nadie espere que la futura República Catalana sea un Estado socialista donde impere la solidaridad, el respeto a los derechos laborales y la sanidad pública deje de estar privatizada. Solo hay que ver en qué sentido votó la pasada semana la antigua CiU en el Congreso el acuerdo CETA. Si justo, unos días antes del violento referéndum votó con el PP a favor de este acuerdo con Canadá. Sería muy interesar que los catalanes lo leyeran para saber que van a vivir en un Estado burgués liberal y defensor de la libre economía de mercado, justo lo contrario que cualquier obrero debe aspirar a defender.

Luego se habla de proceso deslegitimado, es obvio que el referéndum perdió su valor cuando desde la justicia se anuló, se deshizo la Junta Electoral, las urnas se movían de un centro a otro a escondidas para evitar que fuesen requisadas, no había garantías legales que preservasen la legalidad de la votación, no había habido una campaña al uso, existía la fuerte coacción de las fuerzas del Estado en la puerta de muchos colegios a golpe de garrote.
En consecuencia, ¿qué importancia tenia el referéndum,? Ni para unos valía porque había votado: “poca gente” y para los otros: “sabían que iban a votar solo ellos”. Pero sentían que tenían que hacerlo y así manifestar su sentimiento.
Un sentimiento no ficticio, pero sí catalizado desde las instituciones catalanas, a base de dinero público, para evitar que los catalanes recuerden a Mas como el peor president de la Generalitat y pase a ser recordado como el “héroe que inició el Procès”. De esta manera, nadie recordará su quiebra de la caja de la Generalitat, el infame trato prestado a la sanidad y educación pública catalana y el despilfarro en aventuras superfluas, pero bien recibidas por sus amigos burgueses.


Pero, a pesar de todo esto, es difícil no sentir ganas de querer votar después de ver las brutales escenas de represión policial. Me cuesta comprender que un derecho civil, como es el de votar, deba ser reprimido por parte del Estado, con violencia, coacción, insultos y odio. Si esta es la única herramienta que el Estado tiene para evitar una ilegalidad, es cuanto menos preocupante e intimidatorio, para tomar en consideración en próximas ocasiones.

Visto los lamentables actos del domingo, he intentando, desde la serenidad, hablar con pacientes, amigos, compañeros, intercambiar mensajes con personas que considero ecuánimes y me pueden dar otras opiniones y al final se trasluce un halo de tristeza, cansancio, frustración, estupefacción y cierto hastío. Y esta sensación les ha calado más fuerte que los golpes de porra que algunos han recibido. Ver como se les llevaban las urnas, los zarandeaban o les insultaban es una imagen que no podrán borrar. Es una instantánea muy dura que no tiene ni posibilidad de taparse, ni rectificar. Así esa imagen ha creado una fuerte unión entre los catalanes contra la policía que representa al Estado y aúna sus ganas. Reclutando a más gente contra Rajoy y la España que representa.
De esta manera, nuestro presidente al lanzar a 10000 policías a barrer las calles, puede que haya sido el catalizador de un sentimiento colectivo de Estado catalán en el seno de la población independentista. Porque a quien han pegado, esta vez, es al tendero, al hijo del mecánico, al vecino, al amigo.. y esto lo están interiorizando como una agresión, una grave ofensa que no les permite estar más tiempo dentro de España, porque después de estos hechos ellos consideran que solo les cabe irse.

No sé cual es el final de este órdago, no sé si les pegarán más fuerte como defienden los españolistos del pollo o algún ignorante. No sé si su República será una nación burguesa y lo descubrirán cuando trabajan más por menos derechos. Tampoco sé si es tan importante una bandera como para expeler tanto odio.
Realmente de esta situación, solo tengo claro que las banderas y las patrias que representan las mismas, nunca han defendido los intereses de los obreros, y sí han vivido de su esfuerzo y no creo que merezca ni una gota de sangre por una bandera y solo deberíamos luchar por Estados que sí representen nuestros derechos sociales y laborales, en la forma que consideremos justa.

Como me decían el domingo noche: “Un patriota, un idiota … mil patriotas, mil idiotas”.

Y esto ha sido todo por hoy en “Diversión con banderas”

martes, 26 de septiembre de 2017

Quiero mi referéndum

Lo presenciado en Catalunya esta semana pasada, hace que las posiciones se radicalicen más y todos los implicados tengan que tomar partido por un bando o por la otro. El grito, las actuaciones policiales, los bulos de internet y el frenesí con el que están viviendo estos días, les obliga a ocupar una trinchera en esta batalla. Sin dejar espacio político para aquellos que buscan evitar la confrontación, el choque de ideas, la adrenalina en las respuestas y las caceroladas a las 21h de la noche.

De esta manera, es muy difícil poder exponer un argumento que se salga del guion que han forzado con sus descabelladas actuaciones desde Madrid y Barcelona, ambos gobiernos. Que a la postre, perece que los dos tienen el mismo guionista que les dicta las actuaciones a realizar. Porque da la impresión que solo buscan generar ruido, caos, confusión y, en consecuencia, que los atrincherados sigan bajo un permanente ataque de nervios y tensión.

Así, ya no desde la equidistancia de un observador neutral, como me autodefino, si no desde la lejanía de alguien que no cree en los estados y sí en la solidaridad obrera y el internacionalismo.

Sí que pido un referéndum, pero para mí. Para poder independizarme de esta retahíla de políticos incapaces, que sabiendo el resultado, siguen manipulando a la gente, jugando con sus emociones, para tapar sus carencias. Mientras siguen explotando el filón del sentimiento a un trapo (llamado bandera) para lanzar a los ciudadanos unos contra otros, a la par que ellos siguen en su huida hacia delante.

Por ello, no quiero pertenecer a ningún Estado donde sus dirigentes políticos, usan los sentimientos de la ciudadanos para manipular, distraer, engañar, crear cortinas de humo y disimular sus incapacidades políticas, de gestión, su falta de humanidad y valores éticos.

No quiero ser cómplice de unos, ni de otros, no me creo sus mentiras disfrazadas de banderas e himnos. De Diadas y días de la Hispanidad. No quiero abrazar ninguna bandera que me vendan bajo los ardid del engaño y del subterfugio.


En consecuencia, buscaré mi papeleta y mi mesa electoral y a riesgo de que sus policías me lo impidan, quiero votar en mi propio referéndum para independizarme de ellos.

martes, 18 de julio de 2017

La (a)normalidad democrática de España

Se debe llamar normalidad democrática a no saber quien es Francesc Boix o que este desconocido fotógrafo sea enterrado con honores en París el pasado mes, mientras el presidente del Gobierno español no acudió a dicho acto.

Pero vayamos por partes. Francesc Boix fue un fotógrafo que luchó contra Franco y Hitler, retrató la guerra civil y la locura del régimen nazi en los campos de concentración.
Por dicho motivo y por ser un ejemplo en defensa de las libertades contra las opresiones dictatoriales, el ayuntamiento de París trasladó sus restos al cementerio mas importante de la capital francesa.
Pero mientras el ejecutivo parisino rendía honores a Francesc Boix, el gobierno patrio se desentendía de dicho homenaje y no asistía al mismo.

Debo suponer que los pecados de Francesc Boix fueron mortales para merecer semejante desprecio y afrenta a él y lo que simboliza. A saber, estos fueron ser comunista y luchar contra Franco y Hitler. Sin embargo, en este país carpetovetónico, esto es una lacra y para la rancia derecha, que aun no se ha desligado de su herencia y con mezquina ambigüedad, sigue amparando al franquismo.

De esta manera, la ciudadanía aun sigue creyendo que abrir las cunetas es sinónimo de abrir heridas. Cuando esto es un acto de justicia y dignidad. Por otra parte es impensable fuera de España que aun no hayamos superado esta deuda histórica.

Pero claro, en esta normalidad democrática, tener los muertos en las cunetas y degradarlas al olvido es lo correcto.

lunes, 15 de mayo de 2017

Los marcianos somos nosotros

Parémonos a pensar un momento, congelemos la imagen de la realidad y reflexionemos, sobre una pregunta: ¿qué pensaría un extraterrestre que aterrizase en España y nos preguntase por la actualidad de nuestro Estado?

Qué le responderíamos, ¿si nos preguntase por nuestros políticos?

¿Por qué gobierna Rajoy, después de sus primeros cuatros años?, o ¿por qué en el PSOE están empeñados en convertirse en el PASOK?

Y si somos tan pueriles, cómo para creernos que son casos de corrupción aislados toda la retahíla de imputados que hay cercando el núcleo duro del PP.

¿Cómo podemos explicarle que el Gobierno se posicione, con sus fiscales o vía responsables ministeriales, a favor de determinados imputados en casos de corrupción? O es más, que le diríamos, si nos inquiriese, ¿cómo es posible que no ocupemos las calles cuando leemos estas noticias, o que una tuitera ha sido condenada por un chiste sobre un responsable franquista?

Así, tiemblo pensando que explicación le daría, para que entendiese que la dictadura aun tiene carta blanca para campar por España, mientras las cunetas siguen llenas de fosas comunes con represaliados.

No me cuesta nada hace cábalas sobre su estupefacción, al intentar digerir la ausencia de respuestas, la carencia de argumentos y la limitación de las contestaciones.

Sin duda, después de finalizar la conversación se iría a su país pensando que somos una nación carpetovetónica y que sin duda los marcianos somos nosotros.

miércoles, 15 de febrero de 2017

No seas feminazi

Varias preguntas para ir centrando el tema y, por supuesto, mi postura:

¿Qué nos sería más fácil, elaborar una lista de 10 científicos que han ganado el Nobel o de 10 científicas? O, ¿Quién fue Rosalind Franklin?

¿Qué sabemos de las científicas durante la IIª República o durante el franquismo?

O, algo más cercano, ¿Cuántas rectoras de universidad hay en España?

Después de varios segundos, seguramente, todos nos hemos visto abocados a buscar en Google la respuesta. Pues bien, no cierres esa web y busca también: "mujeres ciencia" y el aclamado término: "feminazi", ¿Cuál crees que tiene más entradas?

A mí me habría gustado pensar que el primero tiene más entradas. Pero el burdo, maniqueo y retrógrado adjetivo usado por la caverna machista tiene hasta tres veces más entradas (y entre ellas imágenes de mujeres con bigotes de Hitler como emblema de lo que representan, de forma supuesta).

Y en esta tesitura nos encontramos, intentando explicar lo que debería ser obvio: la igualdad de derechos y obligaciones de mujeres y hombres ante las mismas situaciones. Pero esto aún debe quedar muy lejos, cuando se insulta diariamente, en las redes sociales, o bajo dobles sentidos en muchos medios tradicionales, a las mujeres o cualquier persona que defienda sus derechos.

Porque ahora ser feminista es un riesgo y simbolizan a una persona dispuesta a quebrar y a acabar con los hombres. Es un ogro que quiere comerse a los hombres y colgarse victoriosa la piel del macho en la puerta de casa, a la vez que hace un rito de magia oscura con los otros ogros y brujas en una oscura cueva, para celebrar la caída de ese macho ibérico.

Pero dejémonos de tópicos, mentiras e idioteces. Porque lo que subyace al final, es el pavor de los hombres a perder ese control sobre todo lo que les rodea, su vida, su sociedad, sus normas.

De esta manera, es triste, penoso y cansado pensar que en el 2017 aun tenemos que explicar cosas obvias: "que no se ayuda en casa" si no "que se comparten las tareas de casa", que hay que denunciar las agresiones, del cariz que sean, que nadie "va provocado" para que un machito le manosee. Y, sobre todo, desde la Administración se debría tener esa sensibilidad para tratar el tema, dar la cobertura y atajar el problema.

Pero mientras sea gratuito tildar de "feminazis" a las mujeres que defienden sus derechos, se pueda amedrentar a una chica en un espacio público y la sociedad te anime a callarlo, muchos pasos hay que dar para abrir los ojos de esta sociedad que aun tolera esta violencia y estas injusticias.

sábado, 4 de febrero de 2017

Rusia ganó la Guerra Fría

Antes de nada permitirme que durante la columna de esta semana haga un pequeño experimento... ¿Listos?

Allá vamos...

Una de las primeras medidas que ha ejecutado Trump ha sido obstaculizar con todos los medios legales y burocráticos el desarrollo de la ley sanitaria que intentó crear Obama en Estados Unidos.

Si bien, era previsible que el partido republicano se cebase con esta ley, hasta cercenarla y eliminarla del sistema social norteamericano. Desde el punto de vista del principal votante de Trump sorprende bastante, porque los mayores beneficiaros de esta red estatal sanitaria serían ellos mismos. A saber, votante de mediana edad, parado (por la deslocalización de su fábrica) y por ende, sin cobertura sanitaria que le pueda cubrir un ataque al corazón o la fractura de cadera de su mujer.

¿No resulta paradójico que el presidente, que se presentó como el antisistema u outsider, lo primero que haga sea acabar con el Obamacare? A mi sí que me lo resulta porque las principales críticas contra este sistema sanitario han sido vertidas por las compañías privadas sanitarias y ellas han auspiciado las campañas del partido republicano contra esta medida.

Con medidas de cariz conservador, retrógrado en los derechos sociales y con una vertiente tan parcial queda patente que Trump no será ese antisistema que cambiará el sistema norteamericano, para que el obrero medio pueda volver a trabajar. Sino que será la voz de los grandes lobbies que confían en poder acaparar más cuotas de poder a costa de que los ciudadanos sigan viendo mermados sus derechos sociales.

¿De verdad que es factible que un multimillonario especulador inmobiliario sea un outsider antisistema?

Lo dudo, aunque esto lo descubrirán los norteamericanos dentro de cuatro años cuando observen como han perdido derechos. Engañados por un titular de falsas esperanzas que podía parecer cierto. Pero quedaron deslumbrados por el boato y la palabrería fácil de Trump.

Tal vez, es lo mismo que he conseguido con el titular de hoy, lanzaros un cebo para que leáis la columna... Aunque viendo las últimas noticias, me temo que Putin es quien manda en la Casa Blanca y, al final, será verdad que Rusia ha ganado la Guerra Fría.

viernes, 7 de octubre de 2016

El PSOE depone las armas, la derecha siempre gana

Más dudas que respuestas nos ofrece esta semana, en la cual, el PSOE nos ha mostrado sus vísceras, sin poder reparar aun, cual puede ser el daño real para ellos y para las izquierdas en general.
Porque después del espectáculo al que hemos asistido estos días, donde Susana Díaz se ha quitado la máscara y después del órdago de Pedro Sánchez, lo ha barrido del mapa político. Así con estas turbulencias se vislumbra un panorama muy incierto.
Siendo la mayor incógnita, hasta donde va a virar el PSOE su estrategia política, qué condiciones impondrá al PP para que este gobierne, se atreverá a entregar a la derecha el gobierno durante 4 años más y esto le pasará factura al PSOE perdiendo votos y militancia.
Porque sin duda,con el tiempo, la sangría de esta semana le va a costar al PSOE la pérdida de apoyo de sus bases que les va a costar entender el circo que han montado y que a la postre Mariano Rajoy se beneficie de él.

En consecuencia el PSOE corre el riesgo de haber emprendido la senda del PASOK y acabar siendo un partido marginal,por ello sus nuevos líderes tienen el reto de intentar lavar la cara de su partido, para maquillar sus acciones y así reenganchar a un electorado noqueado y estupefacto.

Por otra parte, esto supone un duro golpe a los hipotéticos gobiernos de izquierdas que pueda haber en el futuro. Dado que se vislumbra un panorama donde el PP va a fagocitar muchos escaños y sin la participación relevante del PSOE se ve muy compleja una suma de izquierdas que quede por encima del PP con la claridad suficiente para que sea incontestable.

Lo dicho, la derecha siempre gana