martes, 16 de abril de 2013

los escraches; un error



Puede que seguir la marea sea más fácil, que ir contra la idea mayoritaria. Aún sabiendo que mi posición puede ser criticada, No puedo compartir la idea de que los escraches sea la forma de presionar para que la ILP contra los desahucios salga adelante. Tal y como la firmamos la mayoría de la sociedad.

Es indiscutible que necesitamos parar la sangría de los desahucios. Necesitamos una ley que permita la dación en pago y tenemos que presionar a los políticos para que la acepten, la asuman y la acaten, tal y como la apoyamos la ciudadanía.

No me sirve de argumento esgrimir, como dijo el ministro de Justicia, que no hay que presionar a los diputados, a la hora de tomar sus decisiones en el Congreso. Me pregunto, ¿Quién puede ejercer mayor presión la PAH o los lobbies bancarios y financieros?

No me sirve que se hable de los niños de los políticos, como si fuesen un escudo en el que guarecerse detrás de ellos. Porque también hay cientos de niños que son desahuciados en España y acaban en la calle.

Yo me refiero a algo más sutil; a las formas. Todos queremos parar esta locura de los desahucios, ¿pero a este precio?

La sociedad tenemos que presionar a los políticos para que no se olviden de nosotros y respondan a nuestros intereses. Pero somos el eslabón más débil. Sin ningún poder que nos ampare. Por eso nuestras actuaciones deben ser inmaculadas e irreprochables.

Por esta razón, no comparto la idea de invadir la intimidad de otro ciudadano porque sea cargo público. A su vez, sí que me parece más lícito aumentar la presión sobre sus lugares de trabajo; sedes de partidos, Parlamentos, alcaldías, Congreso de los Diputados.

Los políticos tienen que sentir nuestro dedo acusador en encima de su nuca y ser conscientes que sus actuaciones no van a quedar impunes.

De esta manera, este es el camino, la movilización y la presión ciudadana. Pero no con escraches No así.

martes, 2 de abril de 2013

cuestión de educación



"- Y ahora que estás a punto de acabar tu segunda carrera... ¿Por qué te juntas con nosotros?"
Debo reconocer que la pregunta me ha desconcertado. Cuando me la ha formulado una compañera del hospital, mientras ella terminaba su jornada y yo me iba a repasar a la biblioteca

Nunca he creído que las relaciones humanas tengan que estar predeterminadas por la clase social, o el nivel de títulos académicos que uno tiene. Y pienso esto básicamente, porque ser diplomado no me hace mejor persona que un compañero que estudió un grado formativo o tiene los estudios básicos.
Tener un título sólo te capacita para ejercer una determinada profesión. Pero no hace que seas mejor o peor persona. Ni te garantiza que hayas aprendido lo más importante que deberíamos aprender mientras nos formamos; que es aprender a pensar y a tener un espíritu crítico.

Por estas razones, supongo que la respuesta que le he dado ha sido que; "nunca pregunto los estudios que cada uno tiene".
Porque al final la calidad humana, nunca podrá venir determinada por tener una formación universitaria, o no.
Sino que entiendo que se adquiere por los valores que nos inculcan en nuestra casa y aprendemos de nuestras personas de referencia, como los padres, hermanos.
Por ello, nunca me ha parecido reseñable saber que estudia una persona, para saber si me interesa relacionarme con ella. A su vez, siempre he considerado más importante saber que tipo de valores transmite y defiende en su vida diaria. Ya que eso es, realmente, lo que nos define como personas y no un título colgado en una pared.