martes, 18 de julio de 2017

La (a)normalidad democrática de España

Se debe llamar normalidad democrática a no saber quien es Francesc Boix o que este desconocido fotógrafo sea enterrado con honores en París el pasado mes, mientras el presidente del Gobierno español no acudió a dicho acto.

Pero vayamos por partes. Francesc Boix fue un fotógrafo que luchó contra Franco y Hitler, retrató la guerra civil y la locura del régimen nazi en los campos de concentración.
Por dicho motivo y por ser un ejemplo en defensa de las libertades contra las opresiones dictatoriales, el ayuntamiento de París trasladó sus restos al cementerio mas importante de la capital francesa.
Pero mientras el ejecutivo parisino rendía honores a Francesc Boix, el gobierno patrio se desentendía de dicho homenaje y no asistía al mismo.

Debo suponer que los pecados de Francesc Boix fueron mortales para merecer semejante desprecio y afrenta a él y lo que simboliza. A saber, estos fueron ser comunista y luchar contra Franco y Hitler. Sin embargo, en este país carpetovetónico, esto es una lacra y para la rancia derecha, que aun no se ha desligado de su herencia y con mezquina ambigüedad, sigue amparando al franquismo.

De esta manera, la ciudadanía aun sigue creyendo que abrir las cunetas es sinónimo de abrir heridas. Cuando esto es un acto de justicia y dignidad. Por otra parte es impensable fuera de España que aun no hayamos superado esta deuda histórica.

Pero claro, en esta normalidad democrática, tener los muertos en las cunetas y degradarlas al olvido es lo correcto.

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