martes, 21 de agosto de 2012

Sánchez Gordillo, ¿héroe o demonio?




Nunca he pensado que el fin justifique los medios. Siempre me ha parecido tan importante el mensaje final, como la forma de conseguirlo.


Por eso, estos días atrás no he podido sumarme al coro de entusiastas que han sacado pecho aplaudiendo los hurtos del alcalde de Marinaleda. No creo que una acción que persigue denunciar una realidad social y dar de comer a diversas familias. Tenga que valerse de actuaciones más propias de bandoleros de siglos pretéritos.

Porque además, qué pretende demostrar y a quién. ¿Quiere ser el más rojo a la izquierda del Guadalquivir? ¿Dar lecciones de …? Y realmente, ¿qué ha conseguido con ello? ¿Minutos de radio, tal vez? O acaso buscaba, ¿una resonancia mediática y un golpe de autoridad en su formación política?


Por otra parte, me parece desmesurado y esperpéntico que la misma prensa que atiza los fuegos del infierno sobre Sánchez Gordillo. Calificándolo de ladrón, sea la misma que tapa las vergüenzas de la corrupción en Valencia o en Madrid.

Desconozco que autoridad ética les quedará después de este evidente doble rasero. Pero me cuesta creer que robar varios carros de un supermercado, sea peor delito para ellos y en ponderación para la (su) Justicia que estafar, defraudar, financiar ilegalmente, prevaricar, siempre presuntamente, claro, a las arcas públicas varios millones de euros.



Supongo que todo dependerá del prisma político desde el que se evalúe. De esta manera, esa debe ser mi ventaja. No deberme a ninguno y no caer así en los tópicos que les atenazan en sus trincheras.

Publicado en bajoaragondigital.com 20/08/2012

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