jueves, 2 de mayo de 2013

Toca un ERE de políticos



Desde que llegué a Aragón, hace más de 6 años, y entendí la sobre posición de diputaciones, comarcas, ayuntamientos, gobierno autonómico he defendido siempre que sobraban administraciones.
He tenido intensos debates en la casa del pueblo, o en otros foros con diversos compañeros, sobre la idoneidad o no de que hubiese tantas administraciones. Ya que yo siempre he entendido que era una forma muy cara de solapar funciones, disminuir la eficacia ante las necesidades de los aragoneses. Y en según que casos, había situaciones de curiosas contrataciones.

Por ello, de forma constante, apostaba por la idea de mantener las comarcas.
Aún así, siempre he creído que para que las comarcas ganen credibilidad entre la sociedad es imprescindible que mejoren su gestión interna y su funcionamiento político. Dado que considero que en muchos casos presentan un excesivo número de cargos políticos.
Pero creo en las comarcas, por la disgregación de población y porque es un servicio que puede ser mucho más cercano y ágil para las localidades que las diputaciones. Mastodónticas instituciones de escaso recorrido político y que son fuente de deseo por los partidos. Más que por sus competencias, por el control que se puede hacer desde ellas.

De esta manera, en esta tesitura de crisis económica ha llegado el momento de emprender un ERE de políticos. Racionalizando la representatividad y el control de los honorarios de las comarcas. Así como eliminando las diputaciones y que sus competencias las asuman las comarcas y el gobierno autonómico, cuando pertocase

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