miércoles, 1 de marzo de 2017

Con dinero chufletes

Este final de semana me reía con la afilada ironía de El Roto, cuando retrataba a la justicia (y quién sabe si algo más) con una sentencia para la historia: "la justicia es para todos igual, las sentencias no".

Y es que, inevitablemente, estas semanas sirven para confirmar que la justicia es para quien se la puede permitir. Podemos divagar sobre si las tarjetas, las facturas falsas o si lo hizo por amor y ella era muy confiada. Pero, mientras, nos perdemos en el espectáculo mediático, a abuelas analfabetas les han dicho que: "debían saber lo que firmaban", cuando estalló el escándalo de las Preferentes. Me da la impresión que como comparación, para ilustrar el asunto sirve.


Siguiendo con la reflexión de El Roto, podríamos pensar que la justicia solo existe para quien se la puede pagar.

Pero, sería un craso error pensar mal de una institución vital para la credibilidad de un Estado o, tal vez, un infantilismo pensar lo contrario si leo los titulares de prensa de estos días. Porque al final, la amarga sensación es que la justicia tiene dos varas de medir, y según la minuta que cobre el abogado de turno, así será la sentencia.


Ante esta desagradable percepción de la justicia, me salpican muchas dudas: ¿los jueces hacen diferente su trabajo, solo por quien se sienta como acusado? Terrible respuesta según la que se conceda, es impensable pensar que se puede ejecutar una sentencia en un sentido o en otro. Por eso, no puedo creer que estén influidos por la importancia del acusado.

Dando por hecho que sobre ellos no tengo ninguna sospecha, ¿las leyes están capacitadas para juzgar igual al ladrón de guante blanco, o solo se hicieron para el pobre roba gallinas?

Tal vez esta sea el centro de toda disquisición, y si así fuese: hay alguna voluntad política para cambiar este doble baremo.


En consecuencia, cuando pase el show de la prensa y los platós televisivos, deberíamos reflexionar sosegadamente si esta justicia nos sirve y porque falla. Dado que los ricos salen indemnes y los pobres pagamos los desperfectos de este sistema.

Porque sino como dice la sabiduria popular: seguiremos viendo que con dinero chufletes.

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