sábado, 13 de enero de 2018

Ser progre-guay

En este cambio de año, deseo con anhelo que la izquierda dejemos de querer ser progres guays y, de verdad, sepamos cuáles son nuestros retos y qué causas debemos rehusar.

Para así, evitar ridículos como es meternos en batallas nacionalistas entre burgueses por defender Estados burgueses imaginarios contra Estados burgueses centralistas.


Porque es vergonzoso ver como la izquierda se ha olvidado que el principal fin de nuestras organizaciones, sería defender los intereses de la clase obrera, desde el principio de la solidaridad internacional. Pero seguimos empeñados en creernos las mentiras de las fronteras. Para, en consecuencia, mirarnos el ombligo y creer que hay pueblos oprimidos en España, como si estos fuesen el pueblo saharaui.


No podemos aceptar que las formaciones de izquierdas prioricen disputas entre burgueses, como parte de la lucha obrera. Cuando lo prioritario es darse cuenta que la hipotética República catalana, no será más que un Estado de derechas ideado y engendrado para responder a los intereses de la burguesía catalana. Tan solo repasando la historia, tan solo repasando las clases básicas de ciencias políticas, podemos discernir que es una lucha de derechas. En la que la izquierda debería saber posicionarse, no con los independentistas, si no con la clase obrera. Para luchar porque la sanidad catalana no estuviese en manos de empresas e intereses privados. Para que la educación pública no fuese un gueto desprestigiado e infradotado. Y que los servicios sociales fuesen públicos y no los gestionasen fundaciones de oscuro patronazgo.


Pero, en vez de eso, y solo por inquina a Rajoy, hemos decidido,de forma torpe, encabezar una causa ajena: la nacionalista catalana.

De esta manera, espero que algún día alguien abra un viejo libro de Marx, de socialismo y se avergüence de haber hecho causa por un Estado y no por la clase que supuestamente deberían haber representado.

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