martes, 16 de julio de 2019

¿El calor me está haciendo perder la cabeza?

Y de pronto, la Nada. ¿Pasamos una crisis? ¿Eran portada los desahucios? ¿Nos recortaban derechos sociales, cívicos, laborales? ¿Los servicios públicos eran esquilmados y vendidos a empresas privadas? O, ¿será el calor de este verano que me dificulta pensar y me reblandece la neurona?

Miro a mi alrededor y todo va “como siempre”; hablamos del calor, de las vacaciones, de Belén Esteban y algunos del Tour de Francia, que sin Indurain “ya no es lo mismo”.


Debo ser yo que estoy teniendo una alucinación, con este sofocante calor, y me vienen a la mente retazos del pasado, en forma de noticias que llenaban las noticias: protestas por desahucios, los bancos de alimentos, la cronificación de la pobreza en España, el aumento de la misma dentro de la población infantil, el paro y los trabajos mal pagados. Pero estas noticias se evaporaron sin dejar rastro. Y el guión sigue donde quedó en el 2008, sube el precio de los pisos y los españoles nos vamos de vacaciones.


Debo pedir cita con mi psiquiatra porque me estoy volviendo loco, la realidad me asalta y no encaja con esta década pasada. De pronto ya “no hay desahucios”, aunque lea que en el 2018 en Aragón se realizaron 4 al día, y en España 100 diarios. Ya no hay imágenes de familias yendo a los Bancos de Alimentos, aunque la pobreza se haya convertido en algo estructural entre un amplio porcentaje de las familias y los sueldos ya no te garanticen salir de ella. Debo estar errado, porque volvemos a atar “los perros con longanizas”, pero en Aragón cobramos el tercer salario más bajo de toda España y el sueldo de los trabajadores ha crecido estos años menos de un 0,2%, mientras el de los empresarios casi llega al 3%.


Ya no debe haber recortes en sanidad, educación, servicios sociales, dependencia …. porque ya no salimos en prensa (ni a la calle), aunque las listas de espera crezcan en Aragón y se deriven centenares de operaciones a la sanidad privadas, por valor de varios millones de Euros anualmente.


Ciertamente, este calor me está afectando. Suerte que al ver el aire acondicionado veo la factura de la luz pegada y recuerdo todo con nitidez: una crisis que arrasó varias generaciones de españoles, lanzándolos a la pobreza o al extranjero. Recuerdo miles de desahucios, colas en bancos de alimentos y recortes en derechos laborales y sociales.

¿Tú te acuerdas? Porque la lucha no ha acabado.

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