miércoles, 22 de abril de 2009

¿quién debe poner el cascabel al gato?



Hace un tiempo que parte de la justicia española se ha convertido en el baluarte defensor de los derechos internacionales y allá donde hay una tropelía contra la humanidad, emerge un juez español para intentar juzgar los hechos acontecidos. Tanto da que sea los ataques de los israelitas a la población civil palestina, como un juicio contra un dictador, como Pinochet (luego andamos a vueltas con nuestra particular dictadura…), como los vuelos de la CIA, hasta lo más reciente; intentar juzgar a los que han dado cobertura legal a la base de torturas que tiene en la isla de Cuba los Estados Unidos.

Todas estas acciones me parecen encomiables, muy dignas de cualquier persona docta en leyes y con una cierta sensibilidad hacia diversas situaciones a las que se han tenido que enfrentar seres humanos que han visto como perdían sus principales derechos.
Pero esta situación me plantea una duda; ¿Es la justicia española la que debe juzgar estos casos? ¿No existe un Tribunal Penal Internacional? ¿Es éste un mecanismo eficaz, para acometer las funciones que desempeña? O sólo es una fachada para enjuiciar a “pobres diablos”, y las acciones de muchos países que no han firmado el estatuto para adherirse a la corte quedan excluidos de la jurisdicción de él y tienen manga ancha, para poder usar la declaración de los Derechos Humanos, como papel para limpiarse las manos después de humillar lo que en ella se expone.

Por ello ante estas dudas que me surgen, creo que hay un evidente problema de cierta impunidad de poderosos países que pueden obviar (cuando a ellos les conviene) lo que recoge la declaración de los DDHH y los diferentes tratados internacionales. Para usar su fuerza, poder e influencia a su gusto y necesidad.
Por esta circunstancia la comunidad internacional (si este concepto existe como tal y no es un eufemismo) debería ser firme y no permitir estas actuaciones impunes, usando la voz y cobertura que debería ofrecer la ONU. Mas este organismo hace mucho que quedó como mero escaparate del sueño que pudo ser y no será, mientras mantenga su servidumbre y su estructura actual. Para ello debe dejar de ser un ente supervisado, vigilado y tutorizado por unos pocos estados, para convertirse en un organo de férrea e independiente vigilancia de los DDHH, y esto pasa por la cooperación internacional y verdadero compromiso de todos los países por promover, por luchar medidas en pos de la defensa de los derechos humanos. Sólo con los esfuerzos compartidos de todos podemos superar este gris horizonte.

Pero... ¿quién se moja? ¿quién pone el cascabel al gato?

3 comentarios:

  1. Interesante entrada e igual de interesante es ver que tendencia politica se suele enjuiciar en estos casos, nadie ha abierto procedimiento contra el dictador castro, ni contra las torturas practicadas por marruecos, ni los crimenes contra la humanidad de china.

    Justicia o espectaculo sectario y desvergonzado?

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  2. Por eso debe existir un ente autónomo e independiente, para ser capaz de juzgar los crímenes que corresponda.

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  3. Como deseo esta bien, pero eso implicaria que los que gobiernan los estados que ahora estan cometiendo esos crimenes estuviesen dispuestos a sentarse despues en un banquillo para responder de ellos.

    Cosa que dudo, los tribunales internacionales sirven para poco, para justificar guerras y condenar vencidos.

    Del mismo modo que al actuar la justicia en España con evidente caracter sesgados en estos asuntos, los responsables judiciales del show no tuviesen que tener sus consecuencias por tales espectaculos.

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