martes, 16 de noviembre de 2010

¿buenas y malas? o ¿falta de criterio?




Estos días los derechos humanos se han visto humillados en el Sahara, mientras en la otra cara del globo, en Birmania (me niego a llamarla Myanmar) la puesta en libertad de Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz, nos ha abierto las miras y nos ha permitido hacer un ejercicio de mordaz crítica.

Más allá de lo lamentable que son los hechos en el Sahara, y de la sensibilidad que tengo hacia ese pueblo. Debe ir implícito en el carnet de rojeras, ironizaban el otro día en la televisión. Más allá del desprecio que siento hacia ese (y cualquier) régimen dictatorial, no dudo de la necesidad de que el pueblo saharaui obtenga un reconocimiento, unas libertades, unos derechos, una dignidad.
Pero me sorprende ver el río de opiniones que circula en foros o en rincones cibernéticos de libres pensadores rojeras. Cuando en un brevísimo lapso de tiempo, son capaces de rasgarse las vestiduras, lanzar ardientes soflamas a los cuatro vientos. Colocarse la bandera saharaui como estandarte y criticar la privación de libertades que supone un régimen dictatorial, como la de la monarquía marroquí. Y a las pocas líneas, son tan hábiles, como para animar a que los birmanos repudien de Aung San Suu Kyi, porque es una espía de la CIA, trabaja para la OTAN, y esta a favor de los Estados Unidos. Explicando posteriormente lo bien que estaba actuando el gobierno (aquí ya no dicen régimen) birmano (tampoco dicen dictador) para mantener a su país lejos de la injerencia extranjera que supone la OTAN, Estados Unidos y la ONU. Sin sonrojarse porque Birmania esté sumida en la mayor de las miserias, en el uso y abuso del poder por parte de la junta militar y de la sistemática violación de los derechos humanos

Hace mucho tiempo que deje de creer en pajaritos preñados, por tanto, las teorías conspiratorias y paranoicas, para los crédulos y los que se aburran. Yo mientras tanto, prefiero aferrarme a los hechos y para mí la diferencia de opiniones, respecto a la falta de libertades, derechos, dignidad de los birmanos y los saharauis está en el color político de la dictadura. Esta muy bien visto criticar ferozmente al régimen monárquico marroquí, pero debe quedar de un rojeras muy tibio criticar las vilezas que comete el régimen de Birmania.

Así sólo me queda lamentar la terrible miopía que nos supone no ser capaces de poder discernir lo correcto de lo incorrecto. Lo terrible que es querer defender “lo nuestro” a capa y espada, aunque los argumentos no se sostengan. Sólo por poder seguir repartiendo carnets de buen izquierdista y marcando que dictaduras son las buenas y cuales son las malas…

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