sábado, 10 de marzo de 2012

¿los partidos como sectas...?




Siempre he defendido la participación activa en la realidad social que vivimos. No porque crea que hay que nutrir las filas de una organización política, sindical o asociativa y ser usados al antojo de las élites de turno.

Yo defiendo la militancia desde el compromiso crítico que supone compartir unos ideales con el resto de compañeros que dicha organización. Y sólo desde esa premisa, junto el sano debate, la libre exposición de ideas y la libertad de participación se puede entender que militar enriquezca, además de la entidad de turno, a la propia persona y, lo más importante, sea productivo para la sociedad.

Por eso, me cuesta mucho entender que las entidades políticas, sindicales, o de cualquier otra índole social, puedan tener un carácter sectario y dictatorial. Me repele que se coarte, la participación. Se use la información (o la falta de la misma), no para fomentar el debate de las ideas, sino para exaltar a los “nuestros”, en contra de los “otros”. Sin mayor argumento que “ellos son malos, porque nosotros somos los buenos”. Me entristece ver como se empobrece el debate ideológico y se reduce, al final, a una cuestión de “buenos y malos”.

De esta manera, las ideas se pierden por el camino y los partidos acaban metiendo en sus trincheras ideológicas a los “suyos”. Para que los militantes no piensen que pueda haber otra alternativa “mejor” que la suya y porque acaban siendo usados, para los antojos de la formación y no para el desarrollo de la sociedad.

Publicado en bajoaragondigital.com 09/03/2012

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