jueves, 19 de septiembre de 2013

podemos morirnos de hambre

Es contradictorio comparar noticias. Es casi subrrealista pensar que corren ríos de lágrimas porque Madrid no será sede de los Juegos Olímpicos. Mientras nadie se apena porque 25000 estudiantes hayan perdido su beca este año pasado y otros tantos miles de universitarios tengan que depender de un mecenazgo este próximo curso.

Es irónico que se den grandes golpes en el pecho los patriotas, porque Eurovegas amenace con irse y a estos buenos salvapatrias no les importe que este año haya descendido la esperanza de vida en España, por primera en décadas. Fruto del destrozo que se está acometiendo en la sanidad pública.

Es trágico que los grandes titulares sean para el “tongo olímpico”, pero que nadie se preocupe en que se pierdan servicios necesarios: como transportes colectivos especiales entre núcleos rurales y capitales, o que los pensionistas sufran una perdida en su calidad de vida al ver como no suben sus pensiones, según el IPC.

Pero todo esto no importa, en España nos va la marcha y nos gusta llenarnos la boca de grandes obras faraónicas. De manera que estas eclipsen la realidad social de miseria que vivimos.
Nos interesa más saber si Barcelona optará a ser sede de los JJOO de invierno, y mientras obviamos el alto porcentaje de miseria infantil que hay.

Así somos, mientras tengamos pan y circo, podemos morirnos de hambre.

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