sábado, 14 de diciembre de 2013

Ejemplo Mandela


Hace no muchas semanas una persona cercana me preguntaba; "¿qué personas admiraba en el mundo?"
Una de esas personas que nombré fue Mandela. Le expliqué que me fascina sobre todo su coherencia con sus ideales y que nunca se doblegó, ni los traicionó. Vivió siempre de acuerdo a lo que él pensaba. Aunque las dificultades y los obstáculos que se encontró le podrían haber hecho traicionarlos y dejarse los escrúpulos en casa, un día.
Admiro su fidelidad a sí mismo y, por ende, a los millones de compatriotas que apostaron por él, como símbolo de un nuevo país que tenía que conquistar la libertad y abrazar los derechos humanos.
Y así lo hizo, sin excusas, sin tapujos y de forma noble. Se erigió en el presidente de todos los sudafricanos y la esperanza para un futuro mejor en su país. Así como, un ejemplo a imitar en África y en otras partes del mundo.


Porque lo loable no sólo fue que llegara a la presidencia. Sino que una vez que fue investido presidente; vivió, legisló y dirigió un país, según él había defendido siempre. Sin embustes, sin mentiras, sin traiciones a sus compatriotas. Nunca se olvidó porque lo votaron, que prometió, que se esperaba de él y cumplió. Empezó un largo camino por el que hoy aún Sud África transita.


Por eso, es de destacar no sólo su enorme talla como político, su gran valor humano. Sino además su inquebrantable compromiso con los suyos, con sus compatriotas y con las expectativas que depositaron en él ...


... cuánto tienen que aprender de él tantos políticos en España! ...

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