viernes, 9 de julio de 2010

El privilegio de haber nacido a este lado de la orilla




Ayer por la tarde una de las compañías de telecomunicación móvil debió tener un problema y algunas compañeras andaban alteradas porque estaban sin cobertura.
Debo reconocer que este dato no pasaría de lo meramente banal o anecdótico una vez superado su “trance”, sino no fuera porque me ha venido a la mente esta noche mientras veía un reportaje sobre el SIDA en el sur de África.
Supongo que la relación no es del todo evidente (cada mente funciona con unas asociaciones de ideas muy peculiares), pero no deja de ser curioso que en el viejo continente nos desvelemos por estar “incomunicados” varias horas. Mientras en África se sigue propagando el SIDA como lo hizo la peste en la Europa medieval. Arrasando y dejando cifras espeluznantes. En Namibia el 18% de la población ha contraído el SIDA, o 200.000 niños son huérfanos, sobre una población total de unos 2 millones.

Con esta entrada no pretendo moralizar, ni mucho hacer que nadie sienta pena, creo que mi intención es que todos reaccionemos, sepamos ponderar lo que nos sucede alrededor y no pongamos mas excusas, para actuar.
Es absolutamente imprescindible que estas naciones prosperen pero para ello, es vital que la acomodada ciudadanía que representamos seamos conscientes del privilegio que supone haber nacido a este lado de la orilla y lo que ello conlleva. Tenemos unas responsabilidades, unos deberes cívicos, morales, éticos sobre nuestros iguales, para que todos podamos disponer de las mismas oportunidades.
Nosotros disponemos de un estado que garantiza unas coberturas sociales, sanitarias, educativas, de infraestructuras mínimas para poder desarrollar nuestra vida con una cierta calidad. Mientras que en cualquier rincón de África, no es que solo carezcan de unos servicios sociales sanitarios, educativos propios. Sino es que no poseen ni siquiera unos recursos hídricos de calidad. Carecen de vías de comunicación que permitan la conexión entre las localidades o el traslado de las personas para asistir a la escuela o al hospital. Hasta llegar a la cúspide de la organización institucional, cuando algunos estados ni existen como tal o son meros hombres de paja.

Por ello la próxima vez que nos falle la cobertura deberíamos pararnos a pensar… que como decía aquel no estamos tan mal.

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