sábado, 13 de julio de 2013

5 de julio en la biblioteca

Es 5 de Julio, son las 17:30, 31º con un espléndido sol que invita a deslizarme hasta la piscina y disfrutar del sol, un buen libro, de unas horas de charla al borde de la piscina y un café con hielo.

Sí, debería hacer eso, el tiempo por fin nos anima a celebrar el estío, pero no puedo. Sigo en la biblioteca, disfrutando de días de vacaciones que estoy dedicando a estudiar; tengo exámenes a la vista y paso horas al sol de las bombillas, adquiriendo un sano y seductor moreno de flexo.

Como no me apetece estudiar, descanso y entre las noticias de internet me encuentro un reportaje que me indigna y me hace soltar una grosera exclamación (hecho que me reprochan el resto de estudiantes de la biblioteca). Mas no lo he podido evitar, estoy cansado de buscar huecos en mi vida, para seguir formándome y veo con desasosiego como siguen proliferando los tontos útiles que los partidos colocan como asesores en los ayuntamientos, diputaciones, gobiernos de diversa índole.

Así, qué sentido acaba teniendo estudiar, estudiar y seguir estudiando, cuándo ves como tontos útiles son colocados a dedo, para vivir del cuento y sin funciones que hacer. Mientras veo como amigos después de años de esfuerzo de formación o de buen hacer profesional, no encuentran trabajo y se ven abocados a vivir con sus padres, otra vez o hacer la maleta e irse con el pasaporte a otra parte.

¿Por qué seguimos tolerando que España sea un país de privilegiados? ¿Por qué no se valoran los méritos y perduran los privilegios de sangre o afiliación?

Lo reconozco me frustra, pero el reloj avanza y mis exámenes se acercan. Mejor que siga estudiando, mientras ellos disfrutan de la placidez de cobrar por no hacer nada.

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