viernes, 26 de julio de 2013

A los fogones




Cada día es más arduo ser mujer en España. Porque después de décadas de lucha por obtener derechos que se les habían birlado, por motivos morales, nos encontramos que estamos retrocediendo en esa lucha. Hacia una espiral que parece querer devolver a las mujeres a los fogones y los canesús.

Ya es indignante que a día de hoy un mujer tenga que trabajar 82 días más al año. Si quiere cobrar el mismo sueldo que un hombre, por hacer el mismo trabajo.

Pero la involución a la que quiere someter este gobierno a las mujeres no acaba ahí. Ahora en España, gracias a la Iglesia, por mano de Gallardón (menos mal que era el progre del PP) quiere anularles el derecho a decidir sobre cuando ser madres o no. Sino que además podemos observar como los deseos de la Curia siguen dominando las decisiones del gobierno y piden la imposibilidad de que sean madres, si se alejan del modelo tradicional de familia católica. Ya que exigen que las lesbianas o madres solteras tengan que costearse ellas su tratamiento de fertilidad para quedarse embarazadas. Todo en un país con un envejecimiento de su población patente. Lógico, ¿verdad?

Pero la última salvajada, ha llegado esta mañana cuando leo con estupor y repugnancia que para maquillar las cifras de malos tratos domésticos, sólo computarán los que requieran ingreso hospitalariodurante más de 24 horas. Increible y repulsivo, así una torta en un ojo no será registrado y la mujer tendrá que seguir aguantando a su macho alfa de toros y fútbol, porque el gobierno (y Dios) amparan a ese bravucón de encefalograma plano.

Me repugna esta espiral y me da naúseas. Al final, ¿tantos años de lucha, para volver a los fogones en una legislatura? ¿Vamos a permitirlo?

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