martes, 11 de marzo de 2014

y el PSOE descubrió la pólvora

"Hemos dado un paso hacia atrás. Cuando más nos necesita la sociedad para luchar por los retos del Siglo XXI, estamos luchando por defender valores del siglo XIX." Así definía mi lucha hace tres años por defender la democracia interna en el PSOE

Y de pronto el PSOE descubrió la pólvora. Se despertó un día de su eterno sueño y maravillado de sí mismo descubrió la solución a sus males. La pócima secreta, el vademécum milagroso, la panacea para curar sus heridas y sanar su denostada imagen; unas primarias. Y así, entusiasmados con esa idea se lanzaron en tromba a hablar de democracia interna y del valor de la militancia como base del partido.
Lo reconozco siento mucha curiosidad por saber que opinarán los rectores de alguna agrupación socialista turolense al oír la palabra democracia interna. Sabiendo como llegaron a sus lustrosos cargos. No descarto que les salga algún sarpullido o haciendo un acto de fe enarbolen la bandera de la democracia en un acto de amnesia selectiva.

Porque por este motivo, hace tres años padecí las presiones y las iras del aparato del PSOE por defender el valor de la democracia interna y el respeto a la voluntad mayoritaria de la militancia. Acabando sufriendo "una caza de brujas por defender valores como la libertad de expresión y la democracia dentro de un partido", como manifesté mucho tiempo después. Cuando fui ajusticiado por; "hacer públicas opiniones, ideas, o comentarios opuestos a la línea política del partido; por menoscabar la imagen de los cargos socialistas; por actuar en contra de los acuerdos adoptados por la dirección del partido".

Tal vez, el tiempo me esté dando la razón. Y éste esté empezando a poner a cada uno en su lugar, y algún dirigente turolense pueda sentirse retratado por estos hechos vistos con el paso del tiempo y por la supuesta apuesta del PSOE por la democracia interna.

Yo siempre defendí la democracia interna como una apuesta vital, para construir la vida política, desde el respeto a la militancia. A la vez que se potenciaba el papel de los militantes en las organizaciones políticas. Dado que siempre he creído que los verdaderos dirigentes de los partidos no pueden ser las cúpulas, sino que este poder debe emanar desde la base de la militancia, organizada y participativa.

Puede que tarde para mí... Porque veo los toros desde la barrera, pero sinceramente me alegro de que la democracia interna empiece a integrarse en las formaciones políticas.

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