miércoles, 20 de mayo de 2015

Vota, pero no a las derechas

Estos últimos cuatro años hemos podido comprobar que votar es importante, y no solo eso, sino que según lo que votemos marca nuestras vidas; nuestro trabajo, nuestros servicios, nuestros ahorros, nuestras expectativas de futuro y hasta nuestro ocio.

No podemos saber que habría sucedido si no nos hubiésemos dejado engañar por el programa falso del PP en las infaustas generales del 2011. Pero sí que hemos comprobado que luego las consecuencias las pagamos nosotros; la ciudadanía que paga impuestos, trabaja (o lo intenta) y mantiene el país.

De esta manera, este año estamos ante la oportunidad de demostrar que sabemos leer la letra pequeña y no nos dejamos seducir por los charlatanes de mercadillo y los vende humos. No podemos olvidar ese engaño de Rajoy y su equipo (sus 3 millones de empleos, su bajada de impuestos, su "no tocar la sanidad, ni la educación"), y por ende, no podemos dejarnos embaucar por más de los mismo. Por más derecha, nueva o rancia, azul gaviota o naranja catalana.

Debemos ser conscientes de lo que votamos y a qué aspiramos. Cómo queremos no solo salir de esta larga y penosa crisis, sino qué modelo de estado queremos. Si queremos que los servicios sean públicos o estén en manos privadas. Si apostamos por un estado valiente, fuerte y con carácter para defender nuestros intereses o queremos que sean las élites económicas las que sigan dirigiendo el rumbo del país, para sus beneficios, mientras nosotros recogemos las migajas o nos alimentamos de miseria.

Es nuestra decisión, luego los lamentos no sirven. El 24 de Mayo debemos votar. Pero, ¿a quién? Eso lo debemos de meditar, no podemos dejarnos engañar dos veces. No otra vez.

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