viernes, 26 de abril de 2019

El folio en blanco

Lo reconozco esta semana ando con cierto desasosiego. No encuentro el catalizador que me haga acertar con la idea, el tema, o la frase que me de alas para escribir la columna. No es por pereza, siempre me ha divertido y lo he hecho con gran placer. Además de un privilegio poder expresar mis ideas (o locuras algunas) en un medio de comunicación.

Pero esta semana ha sido diferente, tal vez yo he estado distraído, sin prestar atención a que se haya reabierto el debate de la eutanasia. Tal vez tampoco haya reparado que Pablo Iglesias con su retorno ha vuelto a marcar la agenda política, y como un tsunami ha levantado algunas alfombras y ha mostrado las vergüenzas de muchos poderosos y de las cloacas del Estado. Puede que no me haya fijado en la campaña de tono bajo del PSOE, para que todo pase sin que pase nada y pueda intentar recoger el máximo rédito a su larga campaña electoral, que inició cuando llegó a La Moncloa. O que su mayor anhelo es pactar con Ciudadanos, dejando muy claro que de socialdemócrata ya tiene muy poco el PSOE.

Tal vez ande despistado y no repare en las turbulentas aguas que bajan en algún PSOE local, o me de demasiada pereza escribir sobre ello. Cómo era eso: de aquellos polvos, estos lodos.

Puede que sea eso, puede que ande despistado y esté pensando en las vacaciones de Semana Santa, con su puente, sus torrijas aderezadas de torreznos y un moscatel para acabar.

Eso sí, prometo volver con un folio tan lleno de ideas, como mi tripa de torrijas a la vuelta de Semana Santa.

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