martes, 2 de marzo de 2010

el "buen" ejemplo




Pensaba que podría en algún momento reconciliarme con la tele. Pero cada día veo que es más difícil sentarme delante de ella y no sentirme indignado, por el espectáculo que nos ofrece.

No quiero hablar desde ningún atril de “snobismo intelectual”. Pero se me llevan los demonios cuando veo a los actores circenses que pueblan la televisión. Donde el único merito que tienen es berrear sin sentido. Escupir bilis contra todo lo que se ponga delante y hacer gala de su incultura e ignorancia (fingida o real).
Me cuesta trabajo pensar que la televisión. Que esta televisión es un reflejo en el que poder mirarnos. Me cuesta creer que esta televisión sea la que queremos y que no tenemos más opción que aguantar su bazofia de forma continuada. No me puedo creer que soportemos ver a esta gente lanzarse acusaciones, cuanto menos dudosas. Esgrimir encuentros de cama como forma de ganar dinero y gritar, sin más, para ganarse el respeto de los demás. Sin poder reaccionar, sin decir que estamos cansados de esta programación, sin tener derecho a elegir. Sin poder apagar la tele y acabar con su mundo irreal, de bajas pasiones y mentiras.

No creo que sea descabellado pensar que esos voceros se ciñen a un guión medidamente estudiado y que responde a unas demandas que ellos dirigen y controlan.
Pero más inquietante es pensar que esos mismos que se desgañitan delante de las cámaras pueden acabar siendo un ejemplo a seguir para mucha gente sin un mejor futuro al que aspirar o para algún joven.
Me da miedo pensar que cuando se le pregunte a algún estudiante, sobre lo que quiere ser de mayor responda; “Belén Esteban”

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