martes, 10 de febrero de 2009

¿opinión?


Después de varios días desconectado del mundo, el lunes ETA me obliga (nos obliga) a que el te del desayuno nos sepa más amargo que de costumbre.

Es una sinrazón defender una postura desde las amenazas y el miedo. Ya que no se puede sostener ningún argumentario, puesto que éste pierde su peso su viabilidad al ser postulado desde el terror de la sangre y la metralla.
Tampoco me sirve ningún argumento victimista, para escudar sus tesis, porque en política hay que ser valiente y ni el victimismo, ni la violencia son argumentos que demuestren ese coraje para ejecutar sus postulados.

Abogarles porque abandonen la violencia y usen el juego democrático, no deja de parecer, una quimera, por la escasa voluntad que manifiestan. Así la ideología que defienden es su excusa, ellos usan la violencia por la violencia. Para así recordarnos lo lamentables que son, lo burda que es su existencia, lo gris que es su vida, que sólo saben opinar a base de dolor ajeno, amenazas y miedo.

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